HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Celebramos este domingo la solemnidad externa de San Pedro y San Pablo. Se celebra de forma conjunta el martirio de estas dos columnas de la Iglesia.
A través de los apóstoles, y especialmente, a través de San Pedro y San Pablo, nos ha llegado la fe, los sacramentos, la vida nueva en Cristo, la Oración dominical, la vida de la caridad, la unidad eclesial, en comunión y misión. Nos dice el catecismo de la Iglesia católica nº 181: "Creer" es un acto eclesial. La fe de la Iglesia precede, engendra, conduce y alimenta nuestra fe. La Iglesia es la madre de todos los creyentes. "Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por madre" (S. Cipriano).
San Ambrosio escribió: “Ubi Petrus, ibi Ecclesia”, es decir, “Donde está Pedro, allí está la Iglesia”. No significa que Pedro sea toda la Iglesia. Pero sí significa que no se puede ser Iglesia sin Pedro, sin la comunión con él.
Celebrar esta solemnidad nos lleva a vivir unidos a Pedro, al papa Benedicto XVI y a su magisterio. Hemos vivido tiempos tras el concilio en que se ha vendido a muchos fieles gato por liebre en la vida eclesial por medio de enseñanzas que dañan la unidad e integridad de la fe, y de dudas y ambigüedades respecto a la vida cristiana. Hace unos años los obispos españoles escribieron un documento al respecto. Decían: “no son pocos los que en este tiempo, amparándose en un Concilio que no existió, ni en la letra ni en el espíritu, han sembrado la agitación y la zozobra en el corazón de muchos fieles. En medio de un ambiente cultural, en el que se reflejan las opiniones más diversas sobre Jesús, es necesario acoger con docilidad la Revelación del Padre, lo que el Espíritu nos dice en el Concilio Vaticano II, llenarse de la alegría que viene de lo Alto, reposar gozosamente en la roca firme de la Iglesia y renovar cada día nuestra confesión de fe”. (Conferencia Episcopal Española. Instrucción Pastoral Teología y secularización en España. A los cuarenta años de la clausura del Concilio Vaticano II. 30 de marzo de 2006).
Que nadie nos engañe. Estemos siempre unidos a Pedro. Si nos dieran a elegir entre Pedro y lo que pensamos o sentimos elegiríamos a Pedro, pues donde está Pedro, allí está la Iglesia.
Jesús, vuestro párroco
Lectura del santo evangelio según san Mateo 16, 13-19
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
—«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Ellos contestaron: —«Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: —«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro tomó la palabra y dijo: —«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» Jesús le respondió: —«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»
153 Cuando San Pedro confiesa que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, Jesús le declara que esta revelación no le ha venido "de la carne y de la sangre, sino de mi Padre que está en los cielos" (Mt 16,17; cf. Ga 1,15; Mt 11,25). La fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por él, "Para dar esta respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con el auxilio interior del Espíritu Santo, que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos del espíritu y concede `a todos gusto en aceptar y creer la verdad'" (DV 5).
424 Movidos por la gracia del Espíritu Santo y atraídos por el Padre nosotros creemos y confesamos a propósito de Jesús: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16). Sobre la roca de esta fe, confesada por San Pedro, Cristo ha construido su Iglesia (cf. Mt 16, 18; San León Magno, serm. 4, 3;51, 1;62, 2;83, 3).
440 Jesús acogió la confesión de fe de Pedro que le reconocía como el Mesías anunciándole la próxima pasión del Hijo del Hombre (cf. Mt 16, 23). Reveló el auténtico contenido de su realeza mesiánica en la identidad transcendente del Hijo del Hombre "que ha bajado del cielo" (Jn 3, 13; cf. Jn 6, 62; Dn 7, 13) a la vez que en su misión redentora como Siervo sufriente: "el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos" (Mt 20, 28; cf. Is 53, 10-12). Por esta razón el verdadero sentido de su realeza no se ha manifestado más que desde lo alto de la Cruz (cf. Jn 19, 19-22; Lc 23, 39-43). Solamente después de su resurrección su realeza mesiánica podrá ser proclamada por Pedro ante el pueblo de Dios: "Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado" (Hch 2, 36).
442 No ocurre así con Pedro cuando confiesa a Jesús como "el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16) porque este le responde con solemnidad "no te ha revelado esto ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos" (Mt 16, 17). Paralelamente Pablo dirá a propósito de su conversión en el camino de Damasco: "Cuando Aquél que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien revelar en mí a su Hijo para que le anunciase entre los gentiles..." (Ga 1,15-16). "Y en seguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas: que él era el Hijo de Dios" (Hch 9, 20). Este será, desde el principio (cf. 1 Ts 1, 10), el centro de la fe apostólica (cf. Jn 20, 31) profesada en primer lugar por Pedro como cimiento de la Iglesia (cf. Mt 16, 18).
"Las llaves del Reino"
551 Desde el comienzo de su vida pública Jesús eligió unos hombres en número de doce para estar con él y participar en su misión (cf. Mc 3, 13-19); les hizo partícipes de su autoridad "y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar" (Lc 9, 2). Ellos permanecen para siempre permanecen asociados al Reino de Cristo porque por medio de ellos dirige su Iglesia:
Yo, por mi parte, dispongo el Reino para vosotros, como mi Padre lo dispuso para mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino y os sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel (Lc 22, 29-30).
552 En el colegio de los doce Simón Pedro ocupa el primer lugar (cf. Mc 3, 16; 9, 2; Lc 24, 34; 1 Co 15, 5). Jesús le confía una misión única. Gracias a una revelación del Padre, Pedro había confesado: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo". Entonces Nuestro Señor le declaró: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (Mt 16, 18). Cristo, "Piedra viva" (1 P 2, 4), asegura a su Iglesia, edificada sobre Pedro la victoria sobre los poderes de la muerte. Pedro, a causa de la fe confesada por él, será la roca inquebrantable de la Iglesia. Tendrá la misión de custodiar esta fe ante todo desfallecimiento y de confirmar en ella a sus hermanos (cf. Lc 22, 32).
553 Jesús ha confiado a Pedro una autoridad específica: "A ti te daré las llaves del Reino de los cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 16, 19). El poder de las llaves designa la autoridad para gobernar la casa de Dios, que es la Iglesia. Jesús, "el Buen Pastor" (Jn 10, 11) confirmó este encargo después de su resurrección:"Apacienta mis ovejas" (Jn 21, 15-17). El poder de "atar y desatar" significa la autoridad para absolver los pecados, pronunciar sentencias doctrinales y tomar decisiones disciplinares en la Iglesia. Jesús confió esta autoridad a la Iglesia por el ministerio de los apóstoles (cf. Mt 18, 18) y particularmente por el de Pedro, el único a quien él confió explícitamente las llaves del Reino.
San Ireneo, obispo de Lyón, describe a la Iglesia de Roma como la «más grande y más antigua conocida por todos;… fundada y constituida en Roma por los dos gloriosos apóstoles Pedro y Pablo» y añade: «Con esta Iglesia, por su eximia superioridad, debe estar en acuerdo la Iglesia universal, es decir, los fieles que están por doquier» (III, 3, 2-3).
Es muy interesante, también, una carta escrita por san Jerónimo y dirigida al obispo de Roma: «He decidido consultar a la cátedra de Pedro, donde se encuentra esa fe que la boca de un apóstol ha ensalzado; vengo ahora a pedir alimento para mi alma allí, donde recibí el vestido de Cristo. No sigo otro primado sino el de Cristo; por esto me pongo en comunión con tu beatitud, es decir, con la cátedra de Pedro. Sé que sobre esta piedra está edificada la Iglesia» («Las cartas» I, 15,1-2). (cit. en Benedicto XVI. Audiencia general del miércoles 22 febrero 2006).
“Pues ¿qué diré, pecador, que soy, sino un clavo, un azote, una cruz, una lanza y finalmente la misma muerte de Cristo nuestro redentor? Porque el clavo ni la cruz no tuvieron culpa, ni fueron la causa de su dolor, antes las criaturas mostraron sentimiento de su muerte. Yo soy, pues, el clavo que le atravesé las manos con la abominación de mis obras, y soy el azote que le hiere su carne por la flaqueza de la mía, y soy la lanza que abrí su costado por no conformarme con su voluntad, soy el vinagre para su gusto con mis murmuraciones, y al fin la muerte para su vida. Como dice el Salmo: “Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor, amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?” (sal 4)
Mira lo que eres, y desharás la rueda de tu vanidad.
¡Oh si tú te conocieras!.(…)
¡Oh, cómo te conviene, pecador, no olvidar esto para conocerte en aquel espejo del Crucificado; y en sus manos verás tu crueldad y en su cabeza tus soberbias y en sus tormentos y dolores conocerás la graveza de tu pecado. (…)
¡Oh si entrases a contemplar lo que tu Dios hace contigo, hallarías que ninguno amó con tan excesivo amor, ni halló tantas invenciones en el amar, ni se halló esposo que así amase a su esposa, como amó Cristo al alma, su esposa espiritual! Porque, si los esposos suelen regalar y hacer fiestas a sus esposas, mucho más hace Cristo con las suyas.
ORACIÓN POR EL PAPA
Oh Dios, que para suceder al apóstol san Pedro elegiste a tu siervo Benedicto XVI como pastor de tu grey, escucha la plegaria de tu pueblo y haz que nuestro papa, vicario de Cristo en la tierra, confirme en la fe a todos los hermanos, y que toda la Iglesia se mantenga en comunión con él por el vínculo de la unidad, del amor y de la paz, para que todos encuentren en ti, Pastor de los hombres, la verdad y la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor. Amén». (Misal Romano)
1. El sábado 26 y domingo 27 se celebrará en todas las misas la solemnidad de los santos Pedro y Pablo. La colecta de cada misa es de carácter pontificio. Será el llamado “Óbolo de San Pedro”, destinado a ayudar a la caridad del Santo Padre en las múltiples necesidades de la Iglesia universal. Los donativos de los fieles ofrecidos al Santo Padre en esta colecta, se emplean en obras misioneras y de promoción social.
2. El 26 de junio será la Ordenación de presbíteros en la Catedral de Valencia. Entre ellos estará D. Arturo Monllor, que estuvo entre nosotros algún tiempo mientras era profesor de religión. Invitaros a acompañarle en este acto con vuestra presencia y oración.
3. Del 3 al 9 de julio será la Peregrinación a Santiago de Compostela de la Parroquia.
4. Del 13 al 18 de julio será el Campamento con niños y jóvenes de 6 a 16 años en Orea (Guadalajara) .
5. Del 3 al 12 de agosto será la Peregrinación a Santiago de Compostela con jóvenes desde la Parroquia de Cristo Rey.
Donativos recibidos para los nuevos locales en la calle Ciudad de Laval:
Ingresados hasta el el 14-6-2010:
27.406 €.
+ 275 €
Ingresados hasta el 18-6-2010: 27.681 €
En la cuenta que la parroquia tiene en
Caixa Ontinyent, c. Madrid 38:
De no esperar que los difuntos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos; mas si consideraba que una magnífica recompensa está reservada a los que duermen piadosamente, era un pensamiento santo y piadoso.
2 Macabeos 12, 44-45
Del 28 de junio al 4 de julio de 2010
Lunes 28. 19.30 h.: En sufragio de: No hay misa. Se rezará el rosario en la hora habitual, se leerán las lecturas del día y darán la comunión los ministros de la Eucaristía. Las intenciones pasan al sábado.
Martes 29. Solemnidad de San Pedro y San Pablo. 19.30 h.: En sufragio de: Rosendo Roche.
Miércoles 30. 19.30 h.: Sin intención.
Jueves 1. 19.30 h.: Sin intención.
Viernes 2. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Ferrer-Puig.
Sábado 3. XIV del T.O.
19.30 h.: En sufragio de: Rogelio Roselló.
21.00 h.: En sufragio de: Sixto Domínguez Osa y dif. fam.
Domingo 4. XIV del T.O. 12.00 h. Pro Pópulo.
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