5 de enero de 2018

Epifanía - Bautismo del Señor. 6 - 7 de Enero de 2018

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com


Epifania del Señor. 6 de Enero
Bautismo del Señor.Domingo 7 de Enero

              Queridos hermanos:
Celebramos seguidas las últimas fiestas de la Navidad: la solemnidad de la Epifanía del Señor y la Fiesta del Bautismo del Señor. Dos manifestaciones del Señor y de su belleza: a todos los pueblos—representados en los reyes de Oriente—, y el inicio de su ministerio público entrando en las aguas del Jordán, aceptando la misión de cargar con los pecados del mundo entero, anticipo de su pasión y muerte.
La belleza de este Niño salvará al mundo. Es la belleza de su Estrella y la belleza del Hijo de Dios que ponen en camino, como ocurrió con los Reyes Magos. Los letrados, que sabían donde iba a nacer, se quedaron en Jerusalén. El mucho saber no pone en camino. Tampoco Herodes se puso en camino. La desconfianza, el desaliento, el conformismo, la comodidad, la pereza, el pragmatismo, el pesimismo, el amor al dinero, matan la belleza. Atraídos por su belleza vayamos más allá de donde hallamos llegado y veremos alegrarse al cielo, a los campos dar “vivas” y aplaudir a los árboles del bosque (cf. Sal 95,12).
Los pastores y los reyes magos entraron en el lugar en el que estaban José, María y Jesús. Entrar no es lo mismo que asomarse. Y adoraron y dieron lo mejor de sí mismos. En verdad, entregar como los sabios de oriente el oro tiene como paga recibir el ciento por uno y la vida eterna; ofrecer el incienso de la oración y del corazón tiene como premio el participar de la divinidad de Jesús; ofrecer la mirra de los propios sufrimientos recibe como recompensa el consuelo y la dulzura de Jesús.
Decía San Gregorio de Nisa: “Tú te has revolcado durante mucho tiempo en el barro, apresúrate hacia mi Jordán, no ante la llamada de Juan, sino a la voz de Cristo.”
La belleza hace que nos apresuremos a entrar en las aguas, sumergiéndonos, como Jesús, hasta la cabeza. Jesús sabe que entrar en el agua es aceptar, como venido del Padre, su propia muerte en la cruz. Sin quedarnos en la “orillita”, o mojando solamente un dedito del pie en las aguas del Jordán, vivamos nuestro bautismo como una "inmersión" en la muerte de Cristo, una expresión de la muerte al pecado, un acto en que sepultamos al hombre viejo, y salimos resucitados como hombres nuevos (cf. Catecismo 1214). Purifiquémonos de nuestros pecados, como Él es puro (cf. 1 Jn 3,3), dejemos de revolcarnos en el barro de nuestros pecados, sin perder la esperanza en la eficacia de estas aguas bautismales, renovadas en el Sacramento del Perdón.
Ciertamente, adentrarse en las aguas del bautismo nos permite ver las maravillas de la esperanza del cielo abierto, el susurro amoroso del Espíritu Santo en forma de paloma y la voz del Padre que te invita a formar parte de su familia divina por medio de su Hijo Amado.
Jesús, vuestro párroco
Lectura del santo evangelio según san Mateo  2, 1-12

Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusa­lén preguntando:
—«¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.»
Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.
Ellos le contestaron:
— «En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta:
“Y tú, Belén, tierra de Judea,
no eres ni mucho menos la última
de las ciudades de Judea,
pues de ti saldrá un jefe
que será el pastor de mi pueblo Israel?»
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que habla aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles:
— «Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo.»
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos has­ta que vino a pararse encima de donde estaba el niño.
Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.

Palabra del Señor.
EL EVANGELIO CON EL PAPA FRANCISCO
“En la noche de Navidad hemos meditado acerca de algunos pastores que pertenecían al pueblo de Israel y se dirigían a la cueva de Belén; hoy, solemnidad de la Epifanía, hacemos memoria de la llegada de los Magos, que venían de Oriente para adorar al recién nacido Rey de los judíos y Salvador universal y ofrecer dones simbólicos. Con su gesto de adoración, los Magos testimonian que Jesús vino a la tierra para salvar no a un solo pueblo, sino a todas las gentes. Por lo tanto, en la fiesta de hoy nuestra mirada se amplía al horizonte del mundo entero para celebrar la «manifestación» del Señor a todos los pueblos, es decir la manifestación del amor y de la salvación universal de Dios. Él no reserva su amor para algunos privilegiados, sino que lo ofrece a todos. Así como es Creador y Padre de todos, así también quiere ser Salvador de todos. Por eso, estamos llamados a alimentar siempre una gran confianza y esperanza respecto a cada persona y su salvación: también quienes nos parecen lejanos del Señor son seguidos —o mejor «perseguidos»— por su amor apasionado, por su amor fiel e incluso humilde. Porque el amor de Dios es humilde, muy humilde.
El relato evangélico de los Magos describe su viaje desde Oriente como un viaje del alma, como un camino hacia el encuentro con Cristo. Ellos están atentos a los signos que indican su presencia; son incansables al afrontar las dificultades de la búsqueda; son valientes al considerar las consecuencias de vida que se derivan del encuentro con el Señor. La vida es esta: la vida cristiana es caminar, pero estando atentos y siendo incansables y valientes. Así camina un cristiano. ... La experiencia de los Magos evoca el camino de todo hombre hacia Cristo. Como para los Magos, también para nosotros buscar a Dios quiere decir caminar ... fijando la mirada en el cielo y vislumbrando en el signo visible de la estrella al Dios invisible que habla a nuestro corazón. La estrella que es capaz de guiar a todo hombre a Jesús es la Palabra de Dios, Palabra que está en la Biblia, en los Evangelios. La Palabra de Dios es luz que orienta nuestro camino, nutre nuestra fe y la regenera. Es la Palabra de Dios que renueva continuamente nuestro corazón y nuestras comunidades. Por lo tanto, no olvidemos leerla y meditarla cada día, a fin de que llegue a ser para cada uno como una llama que llevamos dentro de nosotros para iluminar nuestros pasos, y también los de quien camina junto a nosotros, que tal vez le cuesta encontrar el camino hacia Cristo. ¡Siempre con la Palabra de Dios! La Palabra de Dios al alcance de la mano: un pequeño Evangelio en el bolsillo, en la cartera, siempre, para leerlo. No os olvidéis de esto: ¡siempre conmigo la Palabra de Dios!” (Francisco. Ángelus. 6-1-2015).

+ Lectura del santo evangelio según san Marcos                                 1, 7-11

En aquel tiempo, proclamaba Juan:
«Detrás de mi viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias.
Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán.
Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo:
«Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.»
Palabra del Señor.
“Hoy celebramos la fiesta del Bautismo del Señor, que concluye el tiempo de Navidad. El Evangelio describe lo que sucede a orillas del Jordán. En el momento en que Juan Bautista confiere el bautismo a Jesús, el cielo se abre. «Apenas salió del agua —dice san Marcos—, vio rasgarse los cielos» (1, 10). Vuelve a la memoria la dramática súplica del profeta Isaías: «¡Ojalá rasgases el cielo y descendieses!» (Is 63, 19). Esta invocación fue escuchada en el acontecimiento del Bautismo de Jesús. Y de este modo termina el tiempo de los «cielos cerrados», que indican la separación entre Dios y el hombre, consecuencia del pecado. El pecado nos aleja de Dios e interrumpe el vínculo entre la tierra y el cielo, determinando así nuestra miseria y el fracaso de nuestra vida. Los cielos abiertos indican que Dios ha donado su gracia para que la tierra dé su fruto (cf. Sal 85, 13). Así, la tierra se convirtió en la morada de Dios entre los hombres y cada uno de nosotros tiene la posibilidad de encontrar al Hijo de Dios, experimentando, de este modo, todo el amor y la infinita misericordia. Lo podemos encontrar realmente presente en los Sacramentos, especialmente en la Eucaristía. Lo podemos reconocer en el rostro de nuestros hermanos, en especial en los pobres, enfermos, presos y refugiados: ellos son carne viva del Cristo que sufre e imagen visible del Dios invisible.
Con el Bautismo de Jesús no sólo se rasgan los cielos, sino que Dios habla nuevamente haciendo resonar su voz: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco» (Mc 1, 11). La voz del Padre proclama el misterio que se oculta en el Hombre bautizado por el Precursor.
Y luego la venida del Espíritu Santo, en forma de paloma: esto permite al Cristo, el Consagrado del Señor, inaugurar su misión, que es nuestra salvación. El Espíritu Santo: el gran olvidado en nuestras oraciones. Nosotros a menudo rezamos a Jesús; rezamos al Padre, especialmente en el «Padrenuestro»; pero no muy frecuentemente rezamos al Espíritu Santo, ¿es verdad? Es el olvidado. Y necesitamos pedir su ayuda, su fortaleza, su inspiración. El Espíritu Santo que animó totalmente la vida y el ministerio de Jesús, es el mismo Espíritu que hoy guía la vida cristiana, la existencia de un hombre y de una mujer que se dicen y quieren ser cristianos. Poner bajo la acción del Espíritu Santo nuestra vida de cristianos y la misión, que todos recibimos en virtud del Bautismo, significa volver a encontrar la valentía apostólica necesaria para superar fáciles comodidades mundanas. En cambio, un cristiano y una comunidad «sordos» a la voz del Espíritu Santo, que impulsa a llevar el Evangelio a los extremos confines de la tierra y de la sociedad, llegan a ser también un cristiano y una comunidad «mudos» que no hablan y no evangelizan.
Recordad esto: rezar con frecuencia al Espíritu Santo para que nos ayude, nos dé fuerza, nos dé la inspiración y nos haga ir adelante.
Que María, Madre de Dios y de la Iglesia, acompañe el camino de todos nosotros bautizados, nos ayude a crecer en el amor a Dios y en la alegría de servir al Evangelio, para dar así sentido pleno a nuestra vida.”  (Francisco. Ángelus. 11-1-2015).


EPIFANÍA DEL SEÑOR
Viernes 5 de enero:
18.00 y 19.30 h.: Celebración de la Solemnidad de la Epifanía del Señor.
Sábado 6 de enero:
10.00 h.: Celebración de la Solemnidad de la Epifanía del Señor.
11.30 h.: Celebración de la Solemnidad de la Epifanía del Señor.
19.30 h.: Celebración de la Solemnidad de la Epifanía del Señor.



BAUTISMO DEL SEÑOR
Domingo 7 de enero:
10.00 h.: Solemnidad del Bautismo del Señor.
11.30 h.: Solemnidad del Bautismo del Señor.
Misa solemne.
19.30 h.: Solemnidad del Bautismo del Señor.

Se harán los anuncios de estas catequesis en las misas del domingo 7 de enero. La primera catequesis será el martes 9 de enero a las 20.30 h.. Continuarán los martes y jueves a las 8.30 noche, entrando por la calle Ciudad de Laval 29. Habrá servicio de guardería para los que tengan niños pequeños.
La parroquia cuenta con dos familias misioneras, una en Sankt Pölten (Austria) y otra en Finlandia. Salvador y María (con once hijos) y Toni y Ana (con nueve hijos) han ido enviados, a petición del obispo de la zona donde viven, como misioneros a lugares donde apenas hay o no existe la Iglesia Católica. Te invitamos a ayudarles en los diversos gastos (alquiler vivienda, alimentación, calefacción… ), con algún donativo:

Salvador y María:      IBAN AT52 2025 6000 0154 5847
     Toni y Ana:      IBAN FI65 3939 0058 6550 51


1. La oración de la mañana se reanudará el lunes 8 de enero a las 10.00 h
2. A partir del 12 de enero la parroquia recuperará la Adoración de los viernes. Será por la tarde de 16.30 h. a 19.30 h. Les invitamos a apuntarse en turnos de media hora para que la Iglesia esté abierta y el Santísimo Sacramento acompañado. Comunicarlo en despacho o sacristía.
3. El domingo 14 de enero a las 20.30 h. en el templo parroquial se convoca a todos los jóvenes de la parroquia entre 12 y 18 años y a sus padres para iniciar la nueva catequesis de postconfirmación, también para los que no están confirmados.
4. Durante este mes de enero les invitamos a colaborar con la infancia misionera del Domund aportando `céntimos rojos´, es decir, monedas de 1, 2 y 5 céntimos. Traedlas en bolsitas. Gracias.
5. Concurso de dibujo-Redacción-Poesía. Damos la gracias a todos los que han colaborado y participado en este concurso. Han realizado unos trabajos realmente bellos. Están expuestos en la entrada de la Iglesia. El próximo concurso comenzará con la Cuaresma el próximo 14 de febrero y su lema será “Mi familia al pie de la Cruz”. Es una ocasión para fomentar en familia las alternativas del dibujo y la literatura en prosa o poesía, ayudando a la transmisión en la fe.
6. Puede adquirir el calendario 2018 y el evangelio 2018 en la parroquia.
7. El viernes 12 de enero se ofrecerá la misa de 19.30 h. por los enfermos.
                 
Del 8 al 14 de Enero de 2018
COMIENZA EL TIEMPO ORDINARIO ANTES DE CUARESMA
Lunes 8. 19.30 h.: En sufragio de: Antonio Casanova. 
Martes 9. San Eulogio de Córdoba, presbítero y mártir. 19.30 h.: Sin intención. 
Miércoles 10. 19.30 h.: Sin intención. 
Jueves 11. 19.30 h.: Sin intención. 
Viernes 12. 19.30 h.: Sin intención. 
Sábado 13. Por la mañana: San Hilario, Obispo y Doctor. Por la tarde: DOMINGO SEGUNDO DEL TIEMPO ORDINARIO. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: En sufragio de: Rafael Matoses y Dolores Martínez. 21.00 h.: Sin intención. 
Domingo 14. DOMINGO SEGUNDO DEL TIEMPO ORDINARIO. 10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: Sin intención.

Puedes descargar la Hoja Parroquial:


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