HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com
Domingo 21.02.2016
Queridos hermanos:
En este domingo de la Transfiguración escuchamos cómo los discípulos fueron envueltos, abrazados, cubiertos por la Voz del Padre, la Luz del Hijo, la Nube del Espíritu Santo. Envueltos en un abrazo de misericordia que estremece, asombra, desconcierta, asusta.
Jesús, que es “la Luz purísima, la Verdad y el Bien sin mancha” había llevado a tres discípulos a lo alto de una montaña. Y allí les muestra su mismo ser.
Al oir la Voz del Padre que los invita a escuchar a su Hijo, el escogido, los discípulos son invitados a sumergirse “en lo íntimo de Dios mediante su inmersión en la palabra de Dios. La palabra de Dios es, por decirlo así, el baño que los purifica, el poder creador que los transforma en el ser de Dios. Y entonces, ¿cómo están las cosas en nuestra vida? ¿Estamos realmente impregnados por la palabra de Dios? ¿Es ella en verdad el alimento del que vivimos, más que lo que pueda ser el pan y las cosas de este mundo? ¿La conocemos verdaderamente? ¿La amamos? ¿Nos ocupamos interiormente de esta palabra hasta el punto de que realmente deja una impronta en nuestra vida y forma nuestro pensamiento? ¿O no es más bien nuestro pensamiento el que se amolda una y otra vez a todo lo que se dice y se hace? ¿Acaso no son con frecuencia las opiniones predominantes los criterios que marcan nuestros pasos? ¿Acaso no nos quedamos, a fin de cuentas, en la superficialidad de todo lo que frecuentemente se impone al hombre de hoy? ¿Nos dejamos realmente purificar en nuestro interior por la palabra de Dios?” (Benedicto XVI. Misa Crismal. 9 de abril de 2009).
Bien podemos pedir: “Haznos una sola cosa contigo, Señor Jesús. Sujétanos a Ti. Ponnos dentro de Ti. Y permanece Tú en nosotros.” La transformación que opera la Palabra de Dios en nosotros y la oración se hacen también vida en lo concreto de cada día. La Iglesia está llamada a ser el vestido de Jesús: “sus vestidos brillaban de blancos”. Un vestido cae si no está la persona dentro. Si la Iglesia está pegada a Jesucristo como lo está el vestido al cuerpo será luminosa. La Beata Teresa de Calcuta escribía en una carta su deseo de ir a dar alegría a quienes había sido enviada y rezaba así antes de la misión que recibió: «¡Oh Dios, qué fácilmente les hago felices! ¡Dame fuerza para ser siempre la luz de sus vidas y así guiarles hacia Ti!». Más adelante escuchará una voz que le dirá: «Ven, ven, llévame a los agujeros de los pobres. Ven, sé Mi luz.» «Ven, sé Mi luz», le pidió Jesús, y Madre Teresa procuró ser esa luz del amor de Dios en las vidas de los que estaban experimentando la oscuridad. Que también nuestra vida sea resplandor del amor del Señor y brille su amor a través de nuestras obras de misericordia.
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 28b-36
En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos.
De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús:
— «Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
No sabía lo que decía.
Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: — «Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle.»
Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.
Palabra del Señor.
La oración, camino de transfiguración
2668 La invocación del santo Nombre de Jesús es el camino más sencillo de la oración continua. Repetida con frecuencia por un corazón humildemente atento, no se dispersa en "palabrerías" (Mt 6, 7), sino que "conserva la Palabra y fructifica con perseverancia" (cf Lc 8, 15). Es posible "en todo tiempo" porque no es una ocupación al lado de otra, sino la única ocupación, la de amar a Dios, que anima y transfigura toda acción en Cristo Jesús.
2739 La transformación del corazón que ora es la primera respuesta a nuestra petición.
2740 La oración de Jesús hace de la oración cristiana una petición eficaz. El es su modelo. El ora en nosotros y con nosotros. Puesto que el corazón del Hijo no busca más que lo que agrada al Padre, ¿cómo el de los hijos de adopción se apegaría más a los dones que al Dador?
2843 Allí es, en efecto, en el fondo "del corazón" donde todo se ata y se desata. No está en nuestra mano no sentir ya la ofensa y olvidarla; pero el corazón que se ofrece al Espíritu Santo cambia la herida en compasión y purifica la memoria transformando la ofensa en intercesión.
2844 La oración cristiana llega hasta el perdón de los enemigos (cf Mt 5, 43-44). Transfigura al discípulo configurándolo con su Maestro.
Una visión anticipada del Reino: La Transfiguración.
555 Por un instante, Jesús muestra su gloria divina, … Muestra también que para "entrar en su gloria" (Lc 24, 26), es necesario pasar por la Cruz en Jerusalén. ... La Pasión de Jesús es la voluntad por excelencia del Padre: el Hijo actúa como siervo de Dios (cf. Is 42, 1).
“Tú te has transfigurado en la montaña, y, en la medida en que ellos eran capaces, tus discípulos han contemplado Tu Gloria, oh Cristo Dios, a fin de que cuando te vieran crucificado comprendiesen que Tu Pasión era voluntaria y anunciasen al mundo que Tú eres verdaderamente la irradiación del Padre”. (Liturgia bizantina, Kontakion de la Fiesta de la Transfiguración)
556 ...nosotros participamos en la Resurrección del Señor por el Espíritu Santo que actúa en los sacramentos del Cuerpo de Cristo. La Transfiguración nos concede una visión anticipada de la gloriosa venida de Cristo "el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo" (Flp 3, 21). Pero ella nos recuerda también que "es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios" (Hch 14, 22):
“Pedro no había comprendido eso cuando deseaba vivir con Cristo en la montaña (cf. Lc 9, 33). Te ha reservado eso, oh Pedro, para después de la muerte. Pero ahora, él mismo dice: Desciende para penar en la tierra, para servir en la tierra, para ser despreciado y crucificado en la tierra. La Vida desciende para hacerse matar; el Pan desciende para tener hambre; el Camino desciende para fatigarse andando; la Fuente desciende para sentir la sed; y tú, ¿vas a negarte a sufrir?” (S. Agustín, serm. 78, 6).
“El domingo pasado la liturgia nos presentó a Jesús tentado por Satanás en el desierto, pero victorioso en la tentación. A la luz de este Evangelio, hemos tomado nuevamente conciencia de nuestra condición de pecadores, pero también de la victoria sobre el mal donada a quienes inician el camino de conversión y que, como Jesús, quieren hacer la voluntad del Padre. En este segundo domingo de Cuaresma, la Iglesia nos indica la meta de este itinerario de conversión, es decir, la participación en la gloria de Cristo, que resplandece en el rostro del Siervo obediente, muerto y resucitado por nosotros.
El pasaje evangélico narra el acontecimiento de la Transfiguración, que se sitúa en la cima del ministerio público de Jesús. Él está en camino hacia Jerusalén, donde se cumplirán las profecías del «Siervo de Dios» y se consumará su sacrificio redentor. La multitud no entendía esto: ante las perspectivas de un Mesías que contrasta con sus expectativas terrenas, lo abandonaron. Pero ellos pensaban que el Mesías sería un liberador del dominio de los romanos, un liberador de la patria, y esta perspectiva de Jesús no les gusta y lo abandonan. Incluso los Apóstoles no entienden las palabras con las que Jesús anuncia el cumplimiento de su misión en la pasión gloriosa, ¡no comprenden! Jesús entonces toma la decisión de mostrar a Pedro, Santiago y Juan una anticipación de su gloria, la que tendrá después de la resurrección, para confirmarlos en la fe y alentarlos a seguirlo por la senda de la prueba, por el camino de la Cruz. Y, así, sobre un monte alto, inmerso en oración, se transfigura delante de ellos: su rostro y toda su persona irradian una luz resplandeciente. Los tres discípulos están asustados, mientras una nube los envuelve y desde lo alto resuena —como en el Bautismo en el Jordán— la voz del Padre: «Este es mi Hijo amado; escuchadlo» (Mc 9, 7). Jesús es el Hijo hecho Siervo, enviado al mundo para realizar a través de la Cruz el proyecto de la salvación, para salvarnos a todos nosotros. Su adhesión plena a la voluntad del Padre hace su humanidad transparente a la gloria de Dios, que es el Amor.
Jesús se revela así como el icono perfecto del Padre, la irradiación de su gloria. Es el cumplimiento de la revelación; por eso junto a Él transfigurado aparecen Moisés y Elías, que representan la Ley y los Profetas, para significar que todo termina y comienza en Jesús, en su pasión y en su gloria.
La consigna para los discípulos y para nosotros es esta: «¡Escuchadlo!». Escuchad a Jesús. Él es el Salvador: seguidlo. Escuchar a Cristo, en efecto, lleva a asumir la lógica de su misterio pascual, ponerse en camino con Él para hacer de la propia vida un don de amor para los demás, en dócil obediencia a la voluntad de Dios, con una actitud de desapego de las cosas mundanas y de libertad interior. Es necesario, en otras palabras, estar dispuestos a «perder la propia vida» (cf. Mc 8, 35), entregándola a fin de que todos los hombres se salven: así, nos encontraremos en la felicidad eterna. El camino de Jesús nos lleva siempre a la felicidad, ¡no lo olvidéis! El camino de Jesús nos lleva siempre a la felicidad. Habrá siempre una cruz en medio, pruebas, pero al final nos lleva siempre a la felicidad. Jesús no nos engaña, nos prometió la felicidad y nos la dará si vamos por sus caminos.
Con Pedro, Santiago y Juan subamos también nosotros hoy al monte de la Transfiguración y permanezcamos en contemplación del rostro de Jesús, para acoger su mensaje y traducirlo en nuestra vida; para que también nosotros podamos ser transfigurados por el Amor. En realidad, el amor es capaz de transfigurar todo. ¡El amor transfigura todo! ¿Creéis en esto? Que la Virgen María, que ahora invocamos con la oración del Ángelus, nos sostenga en este camino.” (Francisco. Ángelus. 1 de marzo de 2015).
Señor Jesús, acrecienta en nuestros corazones la fe en ti, de forma que podamos escuchar tu voz. Tu rostro resplandeciente es el sol para nuestras almas. Como Pedro, Santiago y Juan, concédenos escuchar tu Palabra, contemplar tu rostro y participar de tu oración que transforma. El Padre nos ha creado por Ti, Palabra Eterna, y nos ha hecho capaces de escucharte y responder a tu amor. Que nuestro deseo no sea solamente hacerte una casa, una tienda, fuera de nuestro corazón. Pues solamente Tú respondes al deseo más profundo del corazón. Tantas veces que hemos cerrado el corazón a tu Palabra. Conviértenos. Haznos una sola cosa contigo. Sujétanos a Ti. Ponnos dentro de Ti. Y permanece Tú en nosotros. (Oración inspirada en: Benedicto XVI. Verbum Domini 22.80).
Todos los viernes de Cuaresma también son días de abstinencia de comer carne. Os recordamos que durante toda la cuaresma, en los días laborables, a las 6’30 de la mañana, se reza la oración comunitaria de Laudes en el Templo parroquial de modo solemne y cantado.
A su vez, los viernes de Cuaresma se rezará el Santo Rosario a las 18.30 h. y se hará el Ejercicio del Vía Crucis a las 7 tarde.
Os invitamos a poner en práctica con alegría las obras de misericordia corporales y espirituales, porque como dijo San Juan de la Cruz, “en la tarde de la vida, seremos juzgados en el amor”.
Nuestro juicio final se basará en el amor de Dios manifestado en el amor al prójimo. Utilizando las palabras de la Beata Madre Teresa de Calcuta: “Tenemos que encontrar a Jesús presente en el penoso disfraz de los pobres”, y San Vicente de Paul, conocido por su gran amor por los pobres, en realidad llamaba a los pobres “sus amos”.
En la cruz a la entrada de la Iglesia el Equipo de Cáritas coloca diversas necesidades y unos sobres para facilitar la ayuda.
Las necesidades que más nos han pedido es alimentación, empleo, material escolar y gastos de vivienda.
Como saben, Cáritas parroquial realiza la colecta del segundo domingo de mes, además de las ayudas recibidas a lo largo de la Cuaresma, en la que se cubren multitud de necesidades demandadas en la Cáritas parroquial. También se reciben alimentos no perecederos a lo largo del año. Durante el 2015 se habrán recogido alimentos por valor de unos 950 €.
GRACIAS POR SU COLABORACIÓN
1. El martes 23 de febrero a las 20.15 h. habrá reunión del Equipo de Pastoral de la Salud.
2. El miércoles 24 de febrero a las 17.30 h. habrá reunión del Equipo de Cáritas.
3. El sábado 27 de febrero habrá encuentro de catequistas de las Vicarías 7 y 8 en el Colegio Calderón del Grau de Gandía. A las 9.30 h. Acogida y entrega de materiales. A las 10.00 h.: oración inicial. A las 10.30 h.: Presentación general del Año. Los acontecimientos centrales y su lugar en la catequesis. A las 11.00 h.: Primera Ponencia: Catequesis e iniciación cristiana. A las 12.00 h.: Descanso. A las 12.30 h.: Segunda Ponencia: Catequesis y Familia. A las 13.30 h.: Conclusiones, oración final y despedida.
4. JUBILEO DE LOS NIÑOS. Convocado por el cardenal arzobispo de Valencia, D. Antonio Cañizares, el próximo sábado, 27 de febrero, tendrá lugar el “Jubileo de los niños” para rezar por la paz en el mundo y para que ganen el jubileo del Santo Cáliz de la Misericordia. Será a las 17 horas en la Catedral de Valencia, y consistirá en una celebración de la Palabra, con un momento de adoración del Santísimo. A todos se les dará la credencial del peregrino y un ejemplar del libro ´Orar en familia`.
INVITACIÓN A RECIBIR EL SACRAMENTO DEL PERDÓN
EN EL AÑO DE LA MISERICORDIA
“No olvidemos esta palabra: Dios nunca se cansa de perdonar. Nunca. “Y, padre, ¿cuál es el problema?” El problema es que nosotros nos cansamos, no queremos, nos cansamos de pedir perdón. Él jamás se cansa de perdonar, pero nosotros, a veces, nos cansamos de pedir perdón. No nos cansemos nunca, no nos cansemos nunca. Él es Padre amoroso que siempre perdona, que tiene ese corazón misericordioso con todos nosotros. Y aprendamos también nosotros a ser misericordiosos con todos.” (Francisco. Primer Ángelus. 17 marzo 2013).
Del 22 al 28 de febrero de 2016
Lunes 22. Fiesta de la Cátedra del apóstol San Pedro. 19.30 h.: En sufragio de: Pedro Llobell y Josefina Martínez.
Martes 23. San Policarpo de Esmirna. 19.30 h.: En sufragio de: José Antonio Cabanilles. En acción de gracias de una feligresa.
Miércoles 24. 19.30 h.: En sufragio de: Manuel Viturro García.
Jueves 25. 19.30 h.: En sufragio de: María Fernández Cazorla.
Viernes 26. 19.30 h.: Sin intención.
Sábado 27. Por la tarde: TERCER DOMINGO DE CUARESMA. 18.00 h.: se suprime la misa por la peregrinación de los niños al jubileo de la misericordia a la catedral de valencia. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: Sin intención.
Domingo 28. TERCER DOMINGO DE CUARESMA. 9.30 h.: En sufragio de: María Fernández Cazorla. 11.00 h.: Sin intención. 12.00 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: En sufragio de: Luis Borrull.
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