Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com
Domingo 6 de julio de 2014
Queridos hermanos:
¿Por qué Cristo se encarnó? Hay dos motivos principalmente: la redención de nuestros pecados, y el don de Dios para santificar al hombre y expresarle su amor, para unirse a nosotros. La Encarnación tendría como finalidad divinizar al hombre e introducirlo en esa vida.
Estos motivos no se contraponen porque van unidos. En lo que se refiere al motivo del rescate o redención, cuando Dios rescata al hombre del pecado lo sana y lo eleva: para vivir unidos a Él, en intimidad con Él, antes tiene que sanarnos. En la primera epístola de S. Juan hay un texto que dice: “Dios envío a su Hijo para que vivamos por medio de él” (1 Jn 4, 9). Y S. Juan dirá también: “Él es víctima de propiciación por nuestros pecados.” (1 Jn 2, 1-5) Él no ha venido para arreglarnos un problema, sino para que vivamos con Él; para que nuestra vida sea Cristo en todos los ámbitos, es decir, en el trabajo, en el matrimonio, en el noviazgo, en los estudios… todos los días. En definitiva para que su Reino se instaure entre nosotros.
Así pues la Encarnación es una declaración de amor a la humanidad, es el “te quiero” de Dios a nosotros. Cada vez que vemos un crucificado, o un nacimiento de Jesús en el pesebre, ahí Dios nos está diciendo te amo.
Para que tuviésemos un modelo de santidad, o sea de vivir unidos a Dios, el Padre envío a su Hijo: gracias a que Dios se ha hecho visible le podemos ver, conocer, escuchar, etc. Entonces el seguimiento de Dios se pone también a nuestro alcance, a diferencia de lo que proponen los orientales con técnicas de relajación tales como el nirvana, en las cuales la persona debe recorrer un camino de introspección. El camino del cristiano es el contrario porque es el real. Dios no nos pide que salgamos de… es que ha venido a nosotros y se ha hecho uno de nosotros, visible, por lo que se puede imitar y nos dice: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón” (Mt 11, 25-30), o en la transfiguración: “Escuchadle” (Mc 9, 7).
Por tanto Dios viene a nosotros para ser nuestro rescatador, pero también nuestro libertador, y en él encontramos el camino para llegar al Padre.
Virgen María, madre nuestra, tú que en las bodas de Caná suscitaste el milagro del agua en vino, intercede por nosotros para que veamos la obra de Dios.
Arturo vuestro vicario
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús:
- «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
Palabra del Señor.
457 El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios: "Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados" (1 Jn 4, 10)."El Padre envió a su Hijo para ser salvador del mundo" (1 Jn 4, 14). "El se manifestó para quitar los pecados" (1 Jn 3, 5):
Nuestra naturaleza enferma exigía ser sanada; desgarrada, ser restablecida; muerta, ser resucitada. Habíamos perdido la posesión del bien, era necesario que se nos devolviera. Encerrados en las tinieblas, hacia falta que nos llegara la luz; estando cautivos, esperábamos un salvador; prisioneros, un socorro; esclavos, un libertador. ¿No tenían importancia estos razonamientos? ¿No merecían conmover a Dios hasta el punto de hacerle bajar hasta nuestra naturaleza humana para visitarla ya que la humanidad se encontraba en un estado tan miserable y tan desgraciado? (San Gregorio de Nisa, or. catech. 15).
458 El Verbo se encarnó para que nosotros conociésemos así el amor de Dios: "En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él" (1 Jn 4, 9). "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16).
459 El Verbo se encarnó para ser nuestro modelo de santidad: "Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí ... "(Mt 11, 29). "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí" (Jn 14, 6). Y el Padre, en el monte de la transfiguración, ordena: "Escuchadle" (Mc 9, 7;cf. Dt 6, 4-5). El es, en efecto, el modelo de las bienaventuranzas y la norma de la ley nueva: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado" (Jn 15, 12). Este amor tiene como consecuencia la ofrenda efectiva de sí mismo (cf. Mc 8, 34).
460 El Verbo se encarnó para hacernos "partícipes de la naturaleza divina" (2 P 1, 4): "Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: Para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios" (S. Ireneo, haer., 3, 19, 1). "Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios" (S. Atanasio, Inc., 54, 3). "Unigenitus Dei Filius, suae divinitatis volens nos esse participes, naturam nostram assumpsit, ut homines deos faceret factus homo" ("El Hijo Unigénito de Dios, queriendo hacernos participantes de su divinidad, asumió nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres") (Santo Tomás de A., opusc 57 in festo Corp. Chr., 1).
“Asegura el profeta Zacarías, que es carga muy pesada la del pecado, diciendo: "que la iniquidad está sentada sobre una masa de plomo" ( Za 5, 7) y el Salmista completó esta verdad con las palabras: "mis iniquidades están pesando sobre mí" ( Sal 37, 5). (S. Jerónimo)
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“Cuando Jesús recorría los caminos de Galilea anunciando el reino de Dios y curando a muchos enfermos, sentía compasión de las muchedumbres, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas sin pastor (cf. Mt 9, 35-36). Esa mirada de Jesús parece extenderse hasta hoy, hasta nuestro mundo. También hoy se posa sobre tanta gente oprimida por condiciones de vida difíciles y también desprovista de válidos puntos de referencia para encontrar un sentido y una meta a la existencia. Multitudes extenuadas se encuentran en los países más pobres, probadas por la indigencia; y también en los países más ricos son numerosos los hombres y las mujeres insatisfechos, incluso enfermos de depresión. Pensemos en los innumerables desplazados y refugiados, en cuantos emigran arriesgando su propia vida. La mirada de Cristo se posa sobre toda esta gente, más aún, sobre cada uno de estos hijos del Padre que está en los cielos, y repite: «Venid a mí todos…». Jesús promete que dará a todos «descanso», pero pone una condición: «Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón». ¿En qué consiste este «yugo», que en lugar de pesar aligera, y en lugar de aplastar alivia? El «yugo» de Cristo es la ley del amor, es su mandamiento, que ha dejado a sus discípulos (cf. Jn 13, 34; 15, 12). El verdadero remedio para las heridas de la humanidad —sea las materiales, como el hambre y las injusticias, sea las psicológicas y morales, causadas por un falso bienestar— es una regla de vida basada en el amor fraterno, que tiene su manantial en el amor de Dios. Por esto es necesario abandonar el camino de la arrogancia, de la violencia utilizada para ganar posiciones de poder cada vez mayor, para asegurarse el éxito a toda costa. También por respeto al medio ambiente es necesario renunciar al estilo agresivo que ha dominado en los últimos siglos y adoptar una razonable «mansedumbre». Pero sobre todo en las relaciones humanas, interpersonales, sociales, la norma del respeto y de la no violencia, es decir, la fuerza de la verdad contra todo abuso, es la que puede asegurar un futuro digno del hombre.” (Benedicto XVI, Angelus 3 de julio de 2011)
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«Efectivamente, no voy a exigir a vosotros nada pesado: vosotros, mis esclavos, imitadme a mí, vuestro amo; vosotros, que sois tierra y polvo, emuladme a mí, hacedor del cielo y de la tierra, creador vuestro: Aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón. ¿Ves la condescendencia del Señor? ¿Ves su inconcebible bondad? No nos ha exigido algo pesado y odioso. Efectivamente, no dijo: «Aprended de mí que obré prodigios, que resucité muertos, que hice milagros»: todo esto era propio únicamente de su poder. Entonces, ¿qué? Aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis alivio para vuestras almas. ¿Ves cuán grandes son el provecho y la utilidad de este yugo?” (San Juan Crisóstomo. Catequesis bautismales. 5ª catequesis)
Grande es el Señor, merece toda alabanza, es incalculable su grandeza. Nuestro Señor es grande y poderoso, su sabiduría no tiene medida y, sin embargo, el hombre quiere alabarte, el hombre que no es más que una pequeña porción de tu creación, el hombre que lleva consigo y por todas partes su mortalidad, que lleva con él el testimonio de su pecado y que reconoce que te opone a los orgullosos. Pero el hombre, porción insignificante de tu creación, quiere alabarte. Eres tú mismo quien le empuja a buscar su gozo en tu alabanza, porque tú nos has hecho para ti, y nuestro corazón no descansa hasta que encuentra su descanso en ti. (S. Agustín, obispo de Hipona)
BAUTISMOS
Sábados por la mañana (siempre que se pueda).
Sábados a las 6 de la tarde.
Domingos: 12.15 horas o por la tarde.
Consultar en despacho para facilitar fechas y hoja inscripción.
CONFESIONES
Lunes y viernes de 6.30 a 7.15 tarde.
Media hora antes de las misas de
sábado o domingo
A petición del interesado.
MISAS
De lunes a viernes a las 7.30 tarde
Los sábados y vísperas de fiestas a las 7.30 tarde y a las 9 noche (con las comunidades neocatecumenales)
Los domingos y festivos a las 11.00 h. y 19.30 h.
SOLICITUD DE INTENCIONES PARA LAS MISAS
En horario de despacho o después de las misas.
DESPACHO PARROQUIAL
Martes, miércoles y jueves de 6.15 a 7.15 tarde.
DESPACHO DE CÁRITAS
Los miércoles de 7.00 a 8.00 noche (en calle Ciudad de Laval 30).
1. Campamento de Verano. Este año será en el Camping Sierra de Mariola del 12 al 20 de julio.
2. La parroquia organiza una peregrinación siguiendo el Camino de Santiago, la ruta del norte, del 7 al 17 de agosto. Pueden retirar el folleto de información.
3. El primer fin de semana del mes de agosto, del viernes 1 al domingo 3, la parroquia peregrinará a Ávila tras las huellas de Santa Teresa de Jesús con las familias cuyos niños están en Anatolé. Interesados contactar con D. Jesús.
4. Todos los miércoles se reúnen las comunidades neocatecumenales a las 21.30 h. para la celebración de la palabra en el Templo.
Del 7 al 13 de julio de 2014
Lunes 7. 19.30 h.: En sufragio de Juan Palomino Román.
Martes 8. 19.30 h.: En sufragio de Antonio Casanova.
Miércoles 9. 19.30 h.: En sufragio de Clemente Jesús Serrano.
Jueves 10. 19.30 h.: sin intención.
Viernes 11. S. BENITO. 19.30 h.: sin intención.
Sábado 12. XV T.O. 19.30 h.: En sufragio de Vicente Grau Enguix. 21.00 h.: sin intención.
Domingo 13. XV T.O. 11.00 h.: En sufragio de Enrique Catalá Blasco y Pepita Catalá Climent. 19.30 h.: Pro populo.
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