HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com
Domingo 18 de septiembre de 2011.
Queridos hermanos:
Ven a trabajar a la viña, dice el Señor.
Que cada uno con el don que ha recibido lo ponga a disposición de los demás.
¡Cómo me gustaría poder gritar en voz alta para que todos lo oyeran: Ven a trabajar a la viña!
Ojalá todos supieran que el dueño de la viña sale a diversas horas para contratarnos: Ven a trabajar a la viña.
¡Que nadie permanezca ocioso!, gritará el papa Juan Pablo II: “No hay lugar para el ocio: tanto es el trabajo que a todos espera en la viña del Señor. El «dueño de casa» repite con más fuerza su invitación: «Id vosotros también a mi viña». Id también vosotros. La llamada no se dirige sólo a los Pastores, a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas, sino que se extiende a todos: también los fieles laicos son llamados personalmente por el Señor, de quien reciben una misión en favor de la Iglesia y del mundo.”
Ojalá escuches que has sido contratado, has sido querido.
Se te invita como jornalero a la viña. No se te invita como raposa que devasta la viña o parásito que se aprovecha de ella.
Si te toca ser capataz cumple las órdenes del amo de pagar lo ajustado: un denario a cada uno. No tengas tú criterios de justicia distintos a los del amo. El amo quiere pagar lo mismo a los que han trabajado poco que a los que han aguantado el peso del día y del calor.
En la tarea de la Nueva Evangelización hay tarea para todos, pues el Señor quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
Ven a trabajar a la viña.
Dirá el papa Benedicto XVI: “Hay ciertamente momentos en que cualquier discípulo siente el calor y el peso de la jornada (cf. Mt 20,12), y la dificultad para dar un testimonio profético en un mundo que puede parecer sordo a las exigencias de la Palabra de Dios. No tengáis miedo. Creed en la luz. Tomad en serio la verdad que hemos escuchado hoy en la segunda lectura: «Jesucristo es el mismo ayer, y hoy y siempre» (Hb 13,8). La luz de la Pascua sigue derrotando las tinieblas”. (19 julio 2008).
Jesús, vuestro párroco
Lectura del santo evangelio según san Mateo 20, 1-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: - «El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña."
Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»
Palabra del Señor.
“En esta hora decisiva, en la que está en juego el verdadero respeto de toda vida humana y la construcción de la civilización del amor, contamos con el testimonio de tantas familias que viven el proyecto de Dios y lo hacen creíble. A todos os animamos a seguir adelante con humildad y confianza. Con los ojos puestos en Jesucristo, muerto en la cruz para darnos vida, resucitado y glorioso, presente en la Eucaristía para renovar la nueva y eterna alianza de Dios con sus hijos. A todos os animamos a una renovación espiritual en el camino de la santidad. En nombre de Cristo hemos de echar nuevamente las redes (cfr. Lc 5,1-11) y cultivar con esmero su viña (cfr. Mt 20,1-16). Con la certidumbre de que trabajamos con el Dueño de la viña, esperamos de su gracia una nueva primavera para la familia y para la vida”. (La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad. Conferencia Episcopal Española. 27 de abril de 2001).
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“La parábola evangélica despliega ante nuestra mirada la inmensidad de la viña del Señor y la multitud de personas, hombres y mujeres, que son llamadas por Él y enviadas para que tengan trabajo en ella. La viña es el mundo entero (cf. Mt 13, 38), que debe ser transformado según el designio divino en vista de la venida definitiva del Reino de Dios. «Salió luego hacia las nueve de la mañana, vio otros que estaban en la plaza desocupados y les dijo: "Id también vosotros a mi viña"» (Mt 20, 3-4). El llamamiento del Señor Jesús «Id también vosotros a mi viña» no cesa de resonar en el curso de la historia desde aquel lejano día: se dirige a cada hombre que viene a este mundo. (...) No hay lugar para el ocio: tanto es el trabajo que a todos espera en la viña del Señor. El «dueño de casa» repite con más fuerza su invitación: «Id vosotros también a mi viña». Id también vosotros. La llamada no se dirige sólo a los Pastores, a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas, sino que se extiende a todos: también los fieles laicos son llamados personalmente por el Señor, de quien reciben una misión en favor de la Iglesia y del mundo. Lo recuerda San Gregorio Magno quien, predicando al pueblo, comenta de este modo la parábola de los obreros de la viña: «Fijaos en vuestro modo de vivir, queridísimos hermanos, y comprobad si ya sois obreros del Señor. Examine cada uno lo que hace y considere si trabaja en la viña del Señor». (San Gregorio Magno, Hom. in Evang. I, XIX, 2). (...) Según la parábola evangélica, el «dueño de casa» llama a los obreros a su viña a distintas horas de la jornada: a algunos al alba, a otros hacia las nueve de la mañana, todavía a otros al mediodía y a las tres, a los últimos hacia las cinco (cf. Mt 20, 1 ss.). En el comentario a esta página del Evangelio, San Gregorio Magno interpreta las diversas horas de la llamada poniéndolas en relación con las edades de la vida. «Es posible —escribe— aplicar la diversidad de las horas a las diversas edades del hombre. En esta interpretación nuestra, la mañana puede representar ciertamente la infancia. Después, la tercera hora se puede entender como la adolescencia: el sol sube hacia lo alto del cielo, es decir crece el ardor de la edad. La sexta hora es la juventud: el sol está como en el medio del cielo, esto es, en esta edad se refuerza la plenitud del vigor. La ancianidad representa la hora novena, porque como el sol declina desde lo alto de su eje, así comienza a perder esta edad el ardor de la juventud. La hora undécima es la edad de aquéllos muy avanzados en los años (...). Los obreros, por tanto, son llamados a la viña a distintas horas, como para indicar que a la vida santa uno es conducido durante la infancia, otro en la juventud, otro en la ancianidad y otro en la edad más avanzada». Podemos asumir y ampliar el comentario de San Gregorio Magno en relación a la extraordinaria variedad de personas presentes en la Iglesia, todas y cada una llamadas a trabajar por el advenimiento del Reino de Dios, según la diversidad de vocaciones y situaciones, carismas y funciones. Es una variedad (...) que hace más viva y concreta la riqueza de la Iglesia”. (Juan Pablo II. Christifideles Laici. 1.2.45).
755 "La Iglesia es labranza o campo de Dios (1 Co 3, 9). En este campo crece el antiguo olivo cuya raíz santa fueron los patriarcas y en el que tuvo y tendrá lugar la reconciliación de los judíos y de los gentiles (Rm 11, 13-26). El labrador del cielo la plantó como viña selecta (Mt 21, 33-43 par.; cf. Is 5, 1-7). La verdadera vid es Cristo, que da vida y fecundidad a a los sarmientos, es decir, a nosotros, que permanecemos en él por medio de la Iglesia y que sin él no podemos hacer nada (Jn 15, 1-5)".
1108 La finalidad de la misión del Espíritu Santo en toda acción litúrgica es poner en comunión con Cristo para formar su Cuerpo. El Espíritu Santo es como la savia de la viña del Padre que da su fruto en los sarmientos (cf Jn 15,1-17; Ga 5,22). En la Liturgia se realiza la cooperación más íntima entre el Espíritu Santo y la Iglesia. El Espíritu de Comunión permanece indefectiblemente en la Iglesia, y por eso la Iglesia es el gran sacramento de la comunión divina que reúne a los hijos de Dios dispersos. El fruto del Espíritu en la Liturgia es inseparablemente comunión con la Trinidad Santa y comunión fraterna (cf 1 Jn 1,3-7).
En la medida en que nos “humanizamos” (“humanizando” a otros), nos “divinizamos”. Y, ¿cómo sabemos esto? Lo sabemos gracias a que Jesús de Nazaret comenzó su tarea haciendo una opción de vida a favor de los pobres, débiles y necesitados de su sociedad. Optando por ellos y viviendo para ellos, Jesús nos reveló y manifestó su divinidad. En su gran humanidad los discípulos descubrieron la presencia de Dios, su naturaleza divina. Tan, tan humano sólo podía serlo Dios mismo. Y ese nivel de humanidad lo alcanzó humanizando lo que estaba deshumanizando. Ese fue el camino para desvelarnos su divinidad. El único que podía recorrer para revelarnos a un Dios que es Padre y Madre que se desvive por la suerte de sus hijos. Y ese es el camino que nos invita a recorrer si queremos alcanzar nuestra propia divinidad (ser imagen y semejanza de Dios). (Itinerario Formativo para las Cáritas Parroquiales, 1)
“Bien sabéis que, cuando no se camina al lado de Cristo, que nos guía, nos dispersamos por otras sendas, como la de nuestros propios impulsos ciegos y egoístas, la de propuestas halagadoras pero interesadas, engañosas y volubles, que dejan el vacío y la frustración tras de sí. Aprovechad estos días para conocer mejor a Cristo y cercioraros de que, enraizados en Él, vuestro entusiasmo y alegría, vuestros deseos de ir a más, de llegar a lo más alto, hasta Dios, tienen siempre futuro cierto, porque la vida en plenitud ya se ha aposentado dentro de vuestro ser” (Benedicto XVI. Fiesta de acogida de los jóvenes 18-8-2011)
1. Reuniones de los diversos grupos parroquiales para programar el curso:
· El lunes 19 a las 10 de la mañana reunión del Equipo de Pastoral de la Salud y a las 8.30 de la tarde con el Grupo de Oración.
· El martes 20 a las 8.30 de la tarde con los responsables del Camino Neocatecumenal.
· El Viernes 23 a las 8.30 de la tarde con el Equipo de catequistas de confirmación.
· El domingo 25 a las 21.00 h. con el Equipo de catequistas de Anatolé.
2. El lunes 26 a las 20.30 h. se volverá a reunir el Consejo de Pastoral para revisar las diversas programaciones de los grupos.
3. Las obras de los locales parroquiales están ya muy avanzadas y el deseo es proceder a su bendición en las Fiestas en honor a San Francisco de Borja que serán del 1 al 9 de octubre. La bendición sería el lunes 3 de octubre tras la misa mayor. Se está organizando también una convivencia parroquial que este año sería en los locales parroquiales nuevos.
Donativos recibidos para los nuevos locales en la calle Ciudad de Laval:
Ingresados hasta el 9-9-2011: 48.718,66 €.
+ 565 €
Ingresados hasta el 16-9-2011: 49.283,66 €
Colabore en la cuenta que la parroquia tiene en
BANCAJA (Paseo Germanías 82)
2077-0249-55-1101860850
Del 19 al 25 de septiembre de 2011
Lunes 19. 19.30 h.: Por las benditas almas del purgatorio.
Martes 20. 19.30 h.: En sufragio de familia Espí Sanchis.
Miércoles 21. San Mateo. 19.30 h.: Por las benditas almas del purgatorio.
Jueves 22. 19.30 h.: Por las benditas almas del purgatorio.
Viernes 23. 19.30 h.: En sufragio de José Antonio Cabanilles.
Sábado 24. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: Sin intención.
Domingo 25. XXVI T.O. 12.00 h. Pro Pópulo.
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