27 de marzo de 2011

Padre Cantalamessa advierte contra el peligro de “amar sin el corazón”.

Primera predicación de Cuaresma, sobre el “eros” y el “agape”
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 25 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Las personas consagradas corren muchas veces el riesgo de amar a Dios “sólo con la cabeza”, sin implicar el amor afectivo meramente humano.
Sin embargo, el rechazo del amor humano como algo opuesto al amor de Dios puede ser un obstaculo en la nueva evangelización. Contra esta tentación quiso poner en guardia el padre Raniero Cantalamessa en su primera predicación de Cuaresma hoy, ante el Papa y la Curia Roma.
Cantalamessa afirmó que uno de los ámbitos en los que la secularización “actúa de modo particularmente difundido y nefasto”, es el ámbito del amor. “La secularización del amor consiste en separar el amor humano, en todas sus formas, de Dios, reduciéndolo a algo puramente profano, donde Dios está de más e incluso molesta”.
Pero el tema del amor, subrayó, “no es importante solo para la evangelización, es decir, en la relación con el mundo; lo es también, y ante todo, para la vida interna de la Iglesia, para la santificación de sus miembros”.
El predicador pontificio hizo un análisis sobre la distinción que ciertos teólogos han hecho entre el “eros” o amor humano y pasional, y el “agapé”, o el amor de oblación, apoyando sus reflexiones en la Deus Caritas est de Benedicto XVI.
El amor “sufre una nefasta separación, no sólo en la mentalidad del mundo secularizado, sino también en el lado opuesto, entre los creyentes y en particular entre las almas consagradas. Simplificando al máximo, podríamos formular así la situación: en el mundo encontramos un eros sin agape; entre los creyentes encontramos a menudo un agape sin eros”.
“El eros sin agape – explicó – es un amor romántico, muy a menudo pasional, hasta la violencia. Un amor de conquista que reduce fatalmente el otro a objeto del propio placer e ignora toda dimensión de sacrificio, de fidelidad y de donación de sí”.
El agape sin eros, en cambio, es como un “amor frío”, un amar “con la cabeza”, “sin participación de todo el ser, más por imposición de la voluntad que por impulso íntimo del corazón”, en el que “los actos de amor dirigidos a Dios se parecen a aquellos de ciertos enamorados inexpertos que escriben a la amada cartas copiadas de un prontuario”.
“Si el amor mundano es un cuerpo sin alma, el amor religioso practicado así es un alma sin cuerpo”, afirmó. “El ser humano no es un ángel, es decir, un puro espíritu; es alma y cuerpo sustancialmente unidos: todo lo que hace, incluyendo amar, debe reflejar esta estructura suya”.
Si la corporeidad es sistemáticamente negada o reprimida, subrayó, “el resultado será doble: o se sigue adelante de forma fatigosa, por sentido del deber, por defensa de la propia imagen, o bien se buscan compensaciones más o menos lícitas, hasta los dolorosísimos casos que están afligiendo a la Iglesia”.
“En el fondo de muchas desviaciones morales de almas consagradas, no puede ignorarse, hay una concepción distorsionada y deformada del amor”, advirtió.
Por ello, añadió, la redención del eros “ayuda antes que nada a los enamorados humanos y a los esposos cristianos, mostrando la belleza y la dignidad del amor que les une. Ayuda a los jóvenes a experimentar las fascinación del otro sexo, no como algo turbio, vivido lejos de Dios, sino como un don del Creador para su alegría si se vive en el orden que Él quiere”.
Pero también ayuda a los consagrados, hombres y mujeres, para evitar “ese amor frío, que no desciende desde la mente hasta el corazón. Un sol invernal que ilumina pero que no calienta”.
La clave, explicó, es el enamoramiento personal de Cristo.
“La belleza y la plenitud de la vida consagrada depende de la calidad de nuestro amor por Cristo. Sólo éste es capaz de defender de los bandazos del corazón. Jesús es el hombre perfecto; en él se encuentran, en un grado infinitamente superior, todas esas cualidades y atenciones que un hombre busca en una mujer y una mujer en un hombre”.
“Su amor no nos sustrae necesariamente de la llamada de las criaturas y en particular de la atracción del otro sexo (esta forma parte de nuestra naturaleza, que él ha creado y que no quiere destruir); pero nos da la fuerza de vencer estas atracciones con una atracción más fuerte. “Casto – escribe san Juan Clímaco – es aquel que expulsa al eros con el Eros”, concluyó el padre Cantalamessa.

SEXUALIDAD CONYUGAL

25 de marzo de 2011

Domingo 27 de marzo. III CUA - A

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
  
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Domingo 27 de marzo de 2011.

                  Queridos hermanos:
No hay nadie que no tenga sed. Todos acudimos a algún pozo. Como la samaritana somos repetitivos en buscar agua que sacie nuestra sed. Lo que no todos saben es que Jesús está buscándonos y esperándonos en ese pozo. Jesús ha querido tener sed para suscitarnos sed de Él, “verdadero” pozo, que da la “verdadera” agua viva que sacia la sed de felicidad que hay en nuestro corazón. La dificultad de nuestra sociedad es que sustituye la sed profunda del corazón por sed superficial de cosas secundarias. Bien sea en el pozo de los ídolos de este mundo, bien sea en el pozo de quien cree cumplir la Ley, se deja al “verdadero” pozo, “Manantial de aguas vivas, por cisternas agrietadas que no retienen el agua" (cf. Jr 2, 13).
Es necesario quitar la piedra que tapa y oculta la verdadera sed. Esto lo hace Jesús con su sed. La sed de Jesús es la palanca que él mismo utiliza para suscitar sed. La oración de petición se entiende tantas veces dirigida por los hombres hacia Dios. En este caso va a ser al revés. Jesús, mendigo, pide. Jesús sediento ora a la samaritana: “dame de beber”. Y su oración es eficaz. Pues hace vislumbrar en la mujer que el que pide de beber es el da de beber y sacia la sed. La sed de la mujer, desordenada por el pecado y dirigida a pozos que no sacian es ahora orientada hacia el verdadero pozo. La sed de felicidad que Eva tenía en el Paraíso, mal orientada por la serpiente hacia el pozo que no sacia, es ahora encauzada por un Dios mendigo que pide de beber, que tiene sed de la sed de la samaritana. (cf. Catecismo nº 2560). O como dirá el Papa Benedicto: “Jesús pone en marcha en su interlocutora un camino interior que hace surgir en ella el deseo de algo más profundo. San Agustín comenta: «Aquel que pedía de beber, tenía sed de la fe de aquella mujer». (...) Dios “desea ser deseado”. (Benedicto XVI. 24-2-2008).
Necesario, por tanto, recuperar la sed “verdadera” del pozo “verdadero” del agua “verdadera”. Para esto nos ayuda la Cuaresma, el Itinerario Diocesano de Renovación y todo Proceso que nos haga redescubrir nuestro Bautismo y nuestra identidad cristiana. “En muchos ambientes de antigua tradición cristiana, por desgracia, se va perdiendo cada vez más el auténtico sentido religioso. Por tanto, es urgente que los cristianos renueven la conciencia de su identidad. En otros términos, es necesario que redescubran su bautismo, valorando el inagotable vigor espiritual de la gracia santificante recibida en él, para irradiarla después en todos los ámbitos de la vida personal y social. El "surtidor de agua que salta hasta la vida eterna" (Jn 4, 14), del que habla la página evangélica de hoy, está presente en todo bautizado, pero hay que limpiarlo continuamente de la maleza del pecado, para que no se tape ni se seque. (Juan Pablo II. 3-3-2002).
Jesús, vuestro párroco

Lectura del santo evangelio según san Juan  4, 5‑15. 19b‑26. 39a. 40‑42

En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía. Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: ‑ «Dame de beber.»
Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida.
La samaritana le dice: ‑ «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
Jesús le contestó: ‑ «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.» La mujer le dice: ‑ «Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»
Jesús le contestó: ‑ «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.»
La mujer le dice: ‑ «Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla. Veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén.»
Jesús le dice: ‑ «Créeme, mujer: se acerca. la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre. Vosotros dais culto a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.
Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le, den culto así. Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad.»
La mujer le dice: ‑ «Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo.» Jesús le dice: ‑ «Soy yo, el que habla contigo.»
En aquel pueblo muchos creyeron en él. Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: ‑ «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo.»
Palabra del Señor.
2560         "Si conocieras el don de Dios"(Jn 4, 10). La maravilla de la oración se revela precisamente allí, junto al pozo donde vamos a buscar nuestra agua: allí Cristo va al encuentro de todo ser humano, es el primero en buscarnos y el que nos pide de beber. Jesús tiene sed, su petición llega desde las profundidades de Dios que nos desea. La oración, sepámoslo o no, es el encuentro de la sed de Dios y de sed del hombre. Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de El (cf San Agustín, quaest. 64, 4).

2561         "Tú le habrías rogado a él, y él te habría dado agua viva" (Jn 4, 10). Nuestra oración de petición es paradójicamente una respuesta. Respuesta a la queja del Dios vivo: "A mí me dejaron, Manantial de aguas vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas" (Jr 2, 13), respuesta de fe a la promesa gratuita de salvación (cf Jn 7, 37-39; Is 12, 3; 51, 1), respuesta de amor a la sed del Hijo único (cf Jn 19, 28; Za 12, 10; 13, 1).

2557 El hombre que anhela dice: "Quiero ver a Dios". La sed de Dios es saciada por el agua de la vida (cf Jn 4,14).

2652 El Espíritu Santo es el "agua viva" que, en el corazón orante, "brota para vida eterna" (Jn 4, 14). El es quien nos enseña a recogerla en la misma Fuente: Cristo. Pues bien, en la vida cristiana hay manantiales donde Cristo nos espera para darnos a beber el Espíritu Santo.
Señor Jesús, que eres el primero en buscarnos y nos esperas junto al pozo donde vamos a buscar nuestra agua de forma rutinaria y repetitiva.
Señor Jesús, que desde el pesebre hasta la cruz has conocido el hambre, la sed y la privación, haciéndote pobre y sediento para saciarnos con tu sed.
Señor Jesús, cuya sed expresa la sed que Dios tiene de que tengamos sed de él.
Señor Jesús que al hacerte mendigo ante la samaritana diciéndole "Dame de beber" ( Jn 4, 7), estabas suscitando en ella y en todos nosotros la sed de ti y del agua viva que quieres derramar en nuestros corazones: el Espíritu Santo.
Señor Jesús, tú que nos invitas a beber de los manantiales de la vida eterna, haznos sedientos de tu amor.
Haz de nuestros corazones un surtidor de agua que no pare de brotar.
Que las aguas que broten de nuestro corazón vuelvan a su Fuente por la fe y la caridad.
Y adorándote y dándote culto solamente a Ti, colaboremos contigo con nuestras palabras y obras, con nuestro anuncio y nuestro testimonio, para la salvación del mundo, corriendo a comunicar la buena noticia a los demás.
Haznos sedientos de la Fuente de tu Espíritu Santo.
“Es imposible expresar en una breve explicación la riqueza de esta página evangélica: es preciso leerla y meditarla personalmente, identificándose con aquella mujer que, un día como tantos otros, fue a sacar agua del pozo y allí se encontró a Jesús sentado, «cansado del camino», en medio del calor del mediodía. «Dame de beber», le dijo, dejándola muy sorprendida. En efecto, no era costumbre que un judío dirigiera la palabra a una mujer samaritana, por lo demás desconocida. Pero el asombro de la mujer estaba destinado a aumentar: Jesús le habló de un «agua viva» capaz de saciar la sed y de convertirse en ella en un «manantial de agua que salta hasta la vida eterna»; le demostró, además, que conocía su vida personal; le reveló que había llegado la hora de adorar al único Dios verdadero en espíritu y en verdad; y, por último, le aseguró —cosa muy rara— que era el Mesías.
Todo esto a partir de la experiencia real y sensible de la sed. El tema de la sed atraviesa todo el evangelio de san Juan: desde el encuentro con la samaritana, pasando por la gran profecía durante la fiesta de las Tiendas (cf. Jn 7, 37-38), hasta la cruz, cuando Jesús, antes de morir, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed» (Jn 19, 28). La sed de Cristo es una puerta de acceso al misterio de Dios, que tuvo sed para saciar la nuestra, como se hizo pobre para enriquecernos (cf. 2 Co 8, 9).
Sí, Dios tiene sed de nuestra fe y de nuestro amor. Como un padre bueno y misericordioso, desea para nosotros todo el bien posible, y este bien es él mismo. En cambio, la mujer samaritana representa la insatisfacción existencial de quien no ha encontrado lo que busca: había tenido «cinco maridos» y convivía con otro hombre; sus continuas idas al pozo para sacar agua expresan un vivir repetitivo y resignado. Pero todo cambió para ella aquel día gracias al coloquio con el Señor Jesús, que la desconcertó hasta el punto de inducirla a dejar el cántaro del agua y correr a decir a la gente del pueblo: «Venid a ver un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿será este el Mesías?» (Jn 4, 28-29).
Queridos hermanos y hermanas, también nosotros abramos el corazón a la escucha confiada de la palabra de Dios para encontrar, como la samaritana, a Jesús que nos revela su amor y nos dice: el Mesías, tu Salvador, «soy yo: el que habla contigo» (Jn 4, 26). Nos obtenga este don María, la primera y perfecta discípula del Verbo encarnado.” (Benedicto XVI. 24 de febrero de 2008).
“La llamada a compartir los bienes resuena con mayor elocuencia en los países en los que la mayoría de la población es cristiana, puesto que su responsabilidad frente a la multitud que sufre en la indigencia y en el abandono es aún más grave. Socorrer a los necesitados es un deber de justicia aun antes que un acto de caridad.” (Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la Cuaresma 2008).
Os damos las gracias por vuestras aportaciones para los más necesitados. La Colecta del segundo domingo de mes para Cáritas parroquial ha sido de: 524,40 €. A su vez, se han recaudado a lo largo de esta cuaresma 205,00 € en concepto de donativos y limosna penitencial para Cáritas.
Os animamos a poner en práctica la limosna en esta Cuaresma de Caridad.
“La cultura actual, en algunas partes del mundo, sobre todo en Occidente, tiende a excluir a Dios, o a considerar la fe como un hecho privado, sin ninguna relevancia en la vida social. Aunque el conjunto de los valores, que son el fundamento de la sociedad, provenga del Evangelio –como el sentido de la dignidad de la persona, de la solidaridad, del trabajo y de la familia–, se constata una especie de “eclipse de Dios”, una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza.” (Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud 2011).
1.  De lunes 28 de marzo al viernes 1 de abril, a las 6.30 h. de la mañana rezo de Laudes y a las 9.30 h. Oración de la mañana con Exposición del Santísimo Sacramento.
2.  El lunes 28 de marzo a las 8 de la noche comienza a reunirse en la parroquia el primer grupo del Itinerario Diocesano de renovación.
3.  El lunes 28 de marzo a las 8.30 de la noche será la reunión con los padres de los jóvenes de confirmación.
4.  Del 1 al 10 de abril será el Novenario en honor del beato Andrés Hibernón en la Iglesia del Beato a las 8 de la noche.
5.  El viernes 1 de abril será la visita ordinaria a enfermos e impedidos desde las 10.00 h. de la mañana.
6.  El viernes 1 de abril a las 7 de la tarde será el Ejercicio del Vía Crucis.
7.  El sábado 2 de abril a las 10.30 h. de la mañana en los locales parroquiales será la reunión con los animadores y educadores para preparar el Campamento con los niños y jóvenes de la parroquia. El campamento será en Orea (Guadalajara) del 12 al 16 de julio.
8.  El sábado 2 de abril de 10.00 h. a 13.30 h. de la mañana habrá retiro de Cuaresma para profesores de religión de la Vicaría en el Colegio diocesano de Santa Ana de Villalonga.
9.  El domingo 3 de abril a las 5 tarde habrá reunión de oración interparroquial con los jóvenes.
10.  Del 18 al 20 de marzo se recaudó la cantidad de 442 € para las obras de los locales.
Donativos recibidos para los nuevos locales en la calle Ciudad de Laval:
Ingresados hasta el 17-3-2011:                                      42.746,66 €.                       
                                                                                                         +430 €
IIngresados hasta el 25-3-2011:                                     43.173,66

Colabore en la cuenta que la parroquia tiene en
Caixa Ontinyent, C/. Madrid 38:
2045-6028-12-0000095170

Del 28 de marzo al 3 de abril de 2011
Lunes 28.  19.30 h.: Sin intención
Martes 29. 19.30 h.: En sufragio de: Rosendo Roche.
Miércoles 30. 19.30 h.: Sin intención
Jueves 31. 19.30 h.: Sin intención
Viernes 1. 19.30 h.: Sin intención
Sábado 2. Cuarto de Cuaresma. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Ferrer-Puig. 21.00 h.: Sin intención
Domingo 3. Cuarto de Cuaresma. 12.00 h. Pro Pópulo



18 de marzo de 2011

Jornada por la vida. Siempre hay una razón para vivir.





Obispos españoles: “Siempre hay una razón para vivir”
Sorprendente campaña por la Vida 2011 de la Conferencia Episcopal Española
MADRID, jueves 17 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- La Conferencia Episcopal Española presentó la Campaña por la Vida 2011 con el lema “Siempre hay una razón para vivir”. La Jornada por la Vida se celebra el 25 de marzo, festividad de la Encarnación del Señor.
En la nota que los obispos de la subcomisión episcopal de Familia y Vida han hecho públicacon motivo de esta campaña, afirman: “La vida de cada ser humano es sagrada”. Sin embargo –añaden--, “existe en la actualidad una oscuridad que lleva a no apreciar la grandeza y belleza de cada vida humana amada eternamente por Dios”.
Según los prelados, “esta oscuridad sobre el origen sagrado y la dignidad absoluta de la vida humana se extiende a otros momentos de la existencia de las personas en los que se muestra y experimenta la fragilidad”.
“Son muchos --añaden- los que no descubren que la vida es un bien cuando viene acompañada por enfermedades graves, minusvalías psíquicas o físicas, momentos de pobreza, de soledad, de la debilidad que acompaña el paso de los años o en el momento del ocaso de la propia vida”.
“Cuando la sociedad no sabe dar sentido al dolor o a la fragilidad humana y abandona a las personas a su soledad, los miembros de la Iglesia nos sentimos urgidos para responder con el amor de Cristo y engendrar esperanza en personas que, al sentirse queridas y acompañadas en su sufrimiento o soledad, pueden superar engaños y dolores; es decir, pueden encontrar la razón para vivir”, afirman.
Para la campaña, se han distribuido en las diócesis españolas ejemplaresde los materiales habituales: 15.000 carteles y 50.000 de cada uno de los siguientes documentos: díptico informativo, subsidio litúrgico y nota de los obispos.
Vídeo sorprendente
Este año, la novedad es un video sorprendente, creativo y lleno de alegría. En dos minutos y medio cuenta cuatro historias, se puede ver en Youtube y compartir en las redes sociales.
El vídeo relata que “siempre hay una razón para vivir” por medio de las cuatro historias de vida, desarrolladas en paralelo: un anciano en un hospital junto a su hijo; un niño enfermo que recibe un regalo de su familia y amigos; dos personas discapacitadas que muestran gestos de cariño y afecto entre ellos; y una abuela que lee un cuento a sus nietos.
La realización técnica del vídeo ha estado a cargo de la productora “Dos cincuenta y nueve Films” y se ha contado con la participación de actores voluntarios no profesionales.
Todas las iniciativas en torno a la Campaña se articulan en un nuevo micrositio web que está sirviendo ya como punto de encuentro.
En www.siemprehayunarazonparavivir.com se puede visionar el vídeo y el resto del material de la Jornada por la Vida. El video está suscitando ya muchas respuestas positivas que se pueden ver en el mismo sitio.
La web cuenta con una sección en la que, tal y como interpela el vídeo, se invita a los navegantes a dar la propia razón para vivir y a compartirla con los demás: “Siempre hay una razón para vivir: ¿Cuál es la tuya?”.
El micrositio está enlazado a la web de la CEE y, a su vez, tendrá enlaces con las principales redes sociales en las que se hará presente la campaña.
La Conferencia Episcopal repite una apuesta innovadora de comunicación digital, tras la modalidad juvenil de la campaña del año pasado, en la que miles de personas “dieron la cara por la Vida” en las redes sociales, bajo el lema “Es un tú en ti”.
"Es una campaña que tiene un acento marcado en la enfermedad, pero que no piensa ni en nadie en particular ni en propuestas políticas de ningún tipo", afirmó el director de la Oficina de Información de la CEE Isidro Catela, en la presentación de la misma este miércoles 16 de marzo.
Preguntado si el vídeo trata de contrarrestar la eutanasia y el aborto, Catela dijo que los obispos no han pensado “en un destinatario en concreto” desde el punto de vista político.
Por Nieves San Martín
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17 de marzo de 2011

Menu Cuaresmal de la Parroquia

Oración de la mañana:
6.30 h.
y 9.30 h. (Con exposición del Santísimo)
De lunes a viernes
Retiros de Cuaresma:
En la Capilla de la Comunión:
Sábados 26 de marzo
Sábados  16 de abril
De 11 a  12.30 h.
Celebración Penitencial
Comunitaria
Miércoles Santo 20 de abril
A las 20.30 h.
Horario confesiones:
Lunes y viernes
de 6 a 7.30 tarde
Antes de las misas
de sábado y domingo
Semana de la Vida:
Domingo 20 de marzo, 18.00 h. Cineforum sobre el aborto
Viernes 25 de marzo, solemnidad de la anunciación del Señor,
De 9.30 h. a 18.30 h.: Exposición del Santísimo. A las 18.30 Vísperas.
A las 19.00 h. Rosario por la Vida. A las 19.30 h: Eucaristía Solemne
A las 20.30 h. Vigilia de Oración
A los niños se les invita a realizar dibujos por la vida que serán expuestos en un panel.
Oración ante la Cruz:
Sábado de Ramos
16 de abril
A las 22.00 h.
Película sobre la Sábana Santa
Domingo de Ramos
17 de abril
A las 18.00 h.
Ejercicio del Vía Crucis
Miércoles 16 de marzo
Miércoles 23 de marzo
Viernes 1 de abril
Viernes 8 de abril
Viernes 15 de abril
A las 19.00 h.
Lunes 11 de abril
A las 21.30 h.
Viernes Santo 22 de abril
A las 8.00 h.

Domingo 20 de marzo. II CUA 2011 A

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
  
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Domingo 20 de marzo de 2011.

NO TENGÁIS MIEDO
     Queridos hermanos:
“Ojala escuchéis hoy su voz, no endurezcáis el corazón.” Con estas palabras del salmo 95, 7 se nos invita en la Cuaresma y en nuestra Diócesis a reencontrar el gozo del seguimiento de Cristo. El gozo del encuentro con el Resucitado. El mismo gozo que tuvieron los discípulos de Emaús tras escuchar a Jesús por el camino y reconocerlo al partir el pan.
Decía el Papa Juan Pablo II: “El Padre nos dice desde lo alto del cielo: Escuchad a Jesús. Sin embargo, como Pedro, Santiago y Juan, también nosotros a veces tenemos miedo. Preferimos otras voces, voces de la tierra, puesto que es más fácil escucharlas y parecen tener más sentido. Pero sólo Jesús puede conducirnos a la vida. Sólo su palabra es palabra de vida eterna. Con gratitud acojamos su invitación: ¡No tengáis miedo! ¡Escuchad mi voz!. (Homilía del Santo Padre Juan Pablo II. 24 -2-2002).
Jesús nos invita a no tener miedo, a subir con Él al Monte Tabor, anticipo de la resurrección y preludio de otro monte, el Calvario; a dejarnos iluminar por el Sol de la Caridad de Cristo; a dejarnos vestir con la vestidura blanca de los resucitados; a proclamar lo bien que se está con el Señor; a dejarnos envolver por el abrazo de la nube luminosa, esto es, del Espíritu Santo; a que resuene en nuestros oídos y corazones la Palabra del Padre que nos invita a escuchar a su Hijo; a “recibir la bendición que el Padre promete a los que escuchan la voz de Jesús” (idem); a ser llevados a la relación de amor entre el Padre y su Hijo amado; a bajar de la montaña a nuestra vida diaria con Jesús solo, siempre con Él. En definitiva: a dejarnos conquistar por el misterio de luz y amor de Dios (cf. Flp 3, 12). Jesús nos invita a no tener miedo, para que nuestra parroquia sea una auténtica escuela de oración (cf. Idem. Ángelus 24 -2-2002), que cada grupo parroquial sea un lugar de transfiguración.
No tengáis miedo los que queréis emprender un camino de Vida y Bendición. No tengáis miedo los que ya lo estáis emprendiendo. Quiero animar desde aquí a cuantos habéis empezado o vais a empezar el Itinerario Diocesano de Renovación en nuestra Parroquia o a formar parte del grupo de oración. No tengáis miedo.
Jesús, vuestro párroco

Lectura del santo evangelio según san Mateo        17, 1-9

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su, hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: ‑ «Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía:
‑ «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.»
Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: ‑«Levantaos, no temáis.» Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:
«No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Palabra del Señor.

La gloriosa venida de Cristo
554   A partir del día en que Pedro confesó que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, el Maestro "comenzó a mostrar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén, y sufrir ... y ser condenado a muerte y resucitar al tercer día" (Mt 16, 21): Pedro rechazó este anuncio (cf. Mt 16, 22-23), los otros no lo comprendieron mejor (cf. Mt 17, 23; Lc 9, 45). En este contexto se sitúa el episodio misterioso de la Transfiguración de Jesús (cf. Mt 17, 1-8: 2 P 1, 16-18), sobre una montaña, ante tres testigos elegidos por él: Pedro, Santiago y Juan. El rostro y los vestidos de Jesús se pusieron fulgurantes como la luz, Moisés y Elías aparecieron y le "hablaban de su partida, que estaba para cumplirse en Jerusalén" (Lc 9, 31). Una nube les cubrió y se oyó una voz desde el cielo que decía: "Este es mi Hijo, mi elegido; escuchadle" (Lc 9, 35).

555   Por un instante, Jesús muestra su gloria divina, confirmando así la confesión de Pedro. Muestra también que para "entrar en su gloria" (Lc 24, 26), es necesario pasar por la Cruz en Jerusalén. Moisés y Elías habían visto la gloria de Dios en la Montaña; la Ley y los profetas habían anunciado los sufrimientos del Mesías (cf. Lc 24, 27). La Pasión de Jesús es la voluntad por excelencia del Padre: el Hijo actúa como siervo de Dios (cf. Is 42, 1). La nube indica la presencia del Espíritu Santo.

556 En el umbral de la vida pública se sitúa el Bautismo; en el de la Pascua, la Transfiguración. Por el bautismo de Jesús "fue manifestado el misterio de la primera regeneración": nuestro bautismo; la Transfiguración "es es sacramento de la segunda regeneración": nuestra propia resurrección (Santo Tomás, s.th. 3, 45, 4, ad 2). Desde ahora nosotros participamos en la Resurrección del Señor por el Espíritu Santo que actúa en los sacramentos del Cuerpo de Cristo. La Transfiguración nos concede una visión anticipada de la gloriosa venida de Cristo "el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo" (Flp 3, 21). Pero ella nos recuerda también que "es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios" (Hch 14, 22):
Pedro no había comprendido eso cuando deseaba vivir con Cristo en la montaña (cf. Lc 9, 33). Te ha reservado eso, oh Pedro, para después de la muerte. Pero ahora, él mismo dice: Desciende para penar en la tierra, para servir en la tierra, para ser despreciado y crucificado en la tierra. La Vida desciende para hacerse matar; el Pan desciende para tener hambre; el Camino desciende para fatigarse andando; la Fuente desciende para sentir la sed; y tú, ¿vas a negarte a sufrir? (S. Agustín, serm. 78, 6).

568 La Transfiguración de Cristo tiene por finalidad fortalecer la fe de los Apóstoles ante la proximidad de la Pasión: la subida a un "monte alto" prepara la subida al Calvario. Cristo, Cabeza de la Iglesia, manifiesta lo que su cuerpo contiene e irradia en los sacramentos: "la esperanza de la gloria" (Col 1, 27).

Señor Jesús, que en el Tabor nos has manifestado de forma anticipada la luz de la resurrección enseñándonos que el camino de la cruz y el de la gloria son inseparables. Tú que has acogido el designio del Padre en el que estaba escrito que debías sufrir para entrar en la gloria (cf. Lc 24, 26), concédenos que al llevar cada día la cruz lo hagamos con fe rebosante de amor, experimentando en ella, no sólo su peso y su dureza, sino también su fuerza de renovación y de consolación. Señor Jesús conquista nuestro corazón con tu Luz, muévelo a la oración, llévalo a una profunda y prolongada unión con Dios en el silencio orante para que nuestra vida sea transfigurada y viva conservando la luz de la fe incluso en las horas más oscuras y cumpla fielmente en todas las circunstancias los designios de Dios. Que nuestra oración presente a Dios, nuestro Padre, todo lo que hay de estéril y muerto en el mundo, así como el azote de las guerras, la violencia, las enfermedades, el hambre, la pobreza, la injusticia. Presentémosle el sufrimiento de tantos hombres, de las víctimas de los terremotos y el Tsunami del Japón al Dios de toda bendición. Pidámosle que toque estos males y los transforme en vida. (Oración inspirada en el Ángelus y la homilía del Papa Juan Pablo II el 24 de febrero de 2002 )

Hoy, segundo domingo de Cuaresma, prosiguiendo el camino penitencial, la liturgia, después de habernos presentado el domingo pasado el evangelio de las tentaciones de Jesús en el desierto, nos invita a reflexionar sobre el acontecimiento extraordinario de la Transfiguración en el monte. Considerados juntos, ambos episodios anticipan el misterio pascual: la lucha de Jesús con el tentador preludia el gran duelo final de la Pasión, mientras la luz de su cuerpo transfigurado anticipa la gloria de la Resurrección. Por una parte, vemos a Jesús plenamente hombre, que comparte con nosotros incluso la tentación; por otra, lo contemplamos como Hijo de Dios, que diviniza nuestra humanidad. De este modo, podríamos decir que estos dos domingos son como dos pilares sobre los que se apoya todo el edificio de la Cuaresma hasta la Pascua, más aún, toda la estructura de la vida cristiana, que consiste esencialmente en el dinamismo pascual: de la muerte a la vida.
El monte —tanto el Tabor como el Sinaí— es el lugar de la cercanía con Dios. Es el espacio elevado, con respecto a la existencia diaria, donde se respira el aire puro de la creación. Es el lugar de la oración, donde se está en la presencia del Señor, como Moisés y Elías, que aparecen junto a Jesús transfigurado y hablan con él del "éxodo" que le espera en Jerusalén, es decir, de su Pascua.
La Transfiguración es un acontecimiento de oración: orando, Jesús se sumerge en Dios, se une íntimamente a él, se adhiere con su voluntad humana a la voluntad de amor del Padre, y así la luz lo invade y aparece visiblemente la verdad de su ser: él es Dios, Luz de Luz. También el vestido de Jesús se vuelve blanco y resplandeciente. Esto nos hace pensar en el Bautismo, en el vestido blanco que llevan los neófitos. Quien renace en el Bautismo es revestido de luz, anticipando la existencia celestial, que el Apocalipsis representa con el símbolo de las vestiduras blancas (cf. Ap 7, 9. 13).
Aquí está el punto crucial: la Transfiguración es anticipación de la resurrección, pero esta presupone la muerte. Jesús manifiesta su gloria a los Apóstoles, a fin de que tengan la fuerza para afrontar el escándalo de la cruz y comprendan que es necesario pasar a través de muchas tribulaciones para llegar al reino de Dios. La voz del Padre, que resuena desde lo alto, proclama que Jesús es su Hijo predilecto, como en el bautismo en el Jordán, añadiendo: "Escuchadlo" (Mt 17, 5). Para entrar en la vida eterna es necesario escuchar a Jesús, seguirlo por el camino de la cruz, llevando en el corazón, como él, la esperanza de la resurrección. Spe salvi, salvados en esperanza. Hoy podemos decir: "Transfigurados en esperanza". (Benedicto XVI. 17 de febrero de 2008).
La limosna representa una manera concreta de ayudar a los necesitados y, al mismo tiempo, un ejercicio ascético para liberarse del apego a los bienes terrenales. (...) “No podéis servir a Dios y al dinero” (Lc 16,13). La limosna nos ayuda a vencer esta constante tentación, educándonos a socorrer al prójimo en sus necesidades y a compartir con los demás lo que poseemos por bondad divina. Las colectas especiales en favor de los pobres, que en Cuaresma se realizan en muchas partes del mundo, tienen esta finalidad.” (Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la Cuaresma 2008).

“Este impulso de ir más allá de lo habitual está en cada generación. Desear algo más que la cotidianidad regular de un empleo seguro y sentir el anhelo de lo que es realmente grande forma parte del ser joven. ¿Se trata sólo de un sueño vacío que se desvanece cuando uno se hace adulto? No, el hombre en verdad está creado para lo que es grande, para el infinito. Cualquier otra cosa es insuficiente. San Agustín tenía razón: nuestro corazón está inquieto, hasta que no descansa en Ti. El deseo de la vida más grande es un signo de que Él nos ha creado, de que llevamos su “huella”. Dios es vida, y cada criatura tiende a la vida; en un modo único y especial, la persona humana, hecha a imagen de Dios, aspira al amor, a la alegría y a la paz. Entonces comprendemos que es un contrasentido pretender eliminar a Dios para que el hombre viva. Dios es la fuente de la vida; eliminarlo equivale a separarse de esta fuente e, inevitablemente, privarse de la plenitud y la alegría: «sin el Creador la criatura se diluye» (Vat. II, Gaudium et Spes, 36). (Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud 2011).
1.  De lunes 21 a viernes 25, a las 6.30 h. de la mañana rezo de Laudes y a las 9.30 h. Oración de la mañana con Exposición del Santísimo Sacramento.
2.  Reunión del Equipo de Pastoral de la Salud: el lunes 21 de marzo a las 10.30 de la mañana.
3.  Aquellos que queráis realizar el Itinerario Diocesano de Renovación propuesto por nuestro Arzobispo tendremos una reunión el próximo lunes 21 de marzo a las 20.30 h.
4.  La parroquia va a iniciar un grupo de oración con el cometido de orar por diversas necesidades y formarse. Aquellos que estéis interesados tendremos una reunión el próximo lunes 21 de marzo a las 20.30 h.
5.  El martes 22 de marzo a las 7 tarde en nuestra parroquia habrá una reunión de Vicaría para preparar la Jornada para la Educación Integral del 4 de junio.
6.  El miércoles 23 de marzo habrá reunión con los padres de 3º de comunión a las 6 tarde y a las 8.30 noche.
7.  El jueves 24 de marzo a las 5 tarde reunión del Equipo de Cáritas y a las 20.30 h. reunión del Equipo de Liturgia.
8.  Semana de la Vida: Domingo 20 de marzo a las 18.00 h. visionado de la película “Blood Money”, sobre el negocio del aborto y posterior coloquio. El viernes 25 de marzo, solemnidad de la anunciación del Señor, se expondrá el Santísimo Sacramento todo el día, desde las 9.30 h. hasta las 18.30 h. en que se hará la reserva con el rezo de Vísperas. A las 19.00 h. se rezará el rosario. Tras la Eucaristía, Vigilia de Oración a las 20.30 h. A los niños se les invita a realizar dibujos por la vida que serán expuestos en un panel.
9.  El sábado 26 de marzo de 11.00 h. a 12.30 h. retiro espiritual en la Capilla de la Comunión a cargo del párroco.
10.  El sábado 26 de marzo en la misa de 6 tarde los niños de 3º de comunión harán la renovación de las Promesas del Bautismo.
11.  Colectas: Para Manos Unidas se ha llegado a 1.006 €. Para el Seminario se han recogido de momento 466 €.
Donativos recibidos para los nuevos locales en la calle Ciudad de Laval:
Ingresados hasta el 11-3-2011:                                      41.746,66 €.                       
                                                                                                        
Ingresados hasta el 17-3-2011:                                               + 1000 €.

      42.746,66 €.

Colabore en la cuenta que la parroquia tiene en
Caixa Ontinyent, c. Madrid 38:
2045-6028-12-0000095170

Del 21 al 27 de marzo de 2011
Lunes 21. 19.30 h.: En sufragio de: Familia Espí Sanchis y Evangelina Gómez.
Martes 22. 19.30 h.: En sufragio de: Enrique Picornell Borull.  
Miércoles 23. 19.30 h.: En sufragio de: José Antonio Cabanilles.  
Jueves 24. 19.30 h.: En sufragio de: Enrique Santos Juanes Canet. 
 Viernes 25.Solemnidad de la Anunciación del Señor. 19.30 h.: En sufragio de: sin intención. 
 Sábado 26. 3º de Cuaresma. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: En sufragio de: Matías Díez Martín.
Domingo 27. 3º de Cuaresma. 12.00 h. Pro Pópulo