30 de enero de 2011

Domingo 30 de enero. IV TO 2011 A

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
  
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com

Domingo 30 de enero de 2011.


  


LAS BIENAVENTURANZAS
SON EL ROSTRO DE JÉSÚS, NUESTRO ESPEJO            

Queridos hermanos:
No hay nada mejor para verse el propio rostro que un espejo. Al tener los ojos en la cara, no podemos contemplarnos a nosotros mismos. Necesitamos alguna realidad que nos refleje.
Dice la Oda 13 de Salomón: “¡He aquí! El Señor es nuestro espejo: abre tus ojos y míralos en Él, y aprende la manera de tu rostro. Y proclama en adelante alabanzas a Su Espíritu y limpia la inmundicia (falsedad) de tu rostro. Ama su Santidad, y vístete con ella  y permanecerás sin mancha todo el tiempo delante de Él. Aleluya.”
Nuestro espejo es el Señor. El evangelio que proclamamos este domingo es su retrato.
“Jesús no se limitó a proclamar las Bienaventuranzas, ¡las vivió! Al recorrer de nuevo su vida, al releer el Evangelio, quedamos sorprendidos: Jesús es precisamente el más pobre entre los pobres, el más dócil entre los mansos, la persona con el corazón más limpio y más misericordioso. Las Bienaventuranzas no son más que la descripción de un rostro, ¡su rostro!
Al mismo tiempo, las Bienaventuranzas describen lo que un cristiano debería ser: son el retrato del discípulo de Jesús, la fotografía de quienes han aceptado el Reino de Dios y quieren que su vida esté en sintonía con las exigencias del Evangelio. Jesús se dirige a este hombre, llamándole «bienaventurado». La alegría que prometen las Bienaventuranzas es la misma alegría de Jesús: una alegría buscada y encontrada en la obediencia al Padre y en la entrega de sí mismo al prójimo.” (Juan Pablo II. Discurso inaugural JMJ 2002 Toronto 26-7-02).
La revolución de la alegría que propone Jesús no es “una revolución de tipo social y político, sino la del amor, que ya ha realizado con su Cruz y su Resurrección.” (Benedicto XVI. Ángelus. 14-2-2010). Tenemos mucha tarea de llevar esta sal y esta luz al mundo entero: la alegría de tener un espejo en el que reflejarnos. La alegría de caminar reflejando a Jesús.
Jesús, vuestro párroco

Lectura del santo evangelio según san Mateo     5, 1-12a

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:
- «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.
Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Dichosos los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz,
porque ellos se llamarán los Hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque  de ellos es el reino de los cielos.
Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan
y os calumnien de cualquier modo por mi causa.
Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.»
Palabra del Señor.

1716         Las bienaventuranzas están en el centro de la predicación de Jesús. Con ellas Jesús recoge las promesas hechas al pueblo elegido desde Abraham; pero las perfecciona ordenándolas no sólo a la posesión de una tierra, sino al Reino de los cielos.

1717         Las bienaventuranzas dibujan el rostro de Jesucristo y describen su caridad; expresan la vocación de los fieles asociados a la gloria de su Pasión y de su Resurrección; iluminan las acciones y las actitudes características de la vida cristiana; son promesas paradójicas que sostienen la esperanza en las tribulaciones; anuncian a los discípulos las bendiciones y las recompensas ya incoadas; quedan inauguradas en la vida de la Virgen María y de todos los santos.

1718 Las bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad. Este deseo es de origen divino: Dios lo ha puesto en el corazón del hombre a fin de atraerlo hacia él, el único que lo puede satisfacer:

   Ciertamente todos nosotros queremos vivir felices, y en el género humano no hay nadie que no dé su asentimiento a esta proposición incluso antes de que sea plenamente enunciada (S. Agustín, mor. eccl. 1,3,4).

   ¿Cómo es, Señor, que yo te busco? Porque al buscarte, Dios mío, busco la vida feliz, haz que te busque para que viva mi alma, porque mi cuerpo vive de mi alma y mi alma vive de ti (S. Agustín, conf. 10,20.29). Sólo Dios sacia (S. Tomás de Aquino, symb. 1).

1719 Las bienaventuranzas descubren la meta de la existencia humana, el fin último de los actos humanos: Dios nos llama a su propia bienaventuranza. Esta vocación se dirige a cada uno personalmente, pero también al conjunto de la Iglesia, pueblo nuevo de los que han acogido la promesa y viven de ella en la fe.
1967 La Ley evangélica "da cumplimiento" (cf Mt 5,17-19), purifica, supera, y lleva a su perfección la Ley antigua. En las "Bienaventuranzas" da cumplimiento a las promesas divinas elevándolas y ordenándolas al "Reino de los Cielos". Se dirige a los que están dispuestos a acoger con fe esta esperanza nueva: los pobres, los humildes, los afligidos, los limpios de corazón, los perseguidos a causa de Cristo, trazando así los caminos sorprendentes del Reino.
“Señor Jesucristo, proclama una vez más las Bienaventuranzas (...).
Mírales con amor y escucha sus jóvenes corazones, dispuestos a arriesgar por ti su futuro.
Los has llamado a ser «sal de la tierra y luz del mundo». Sigue enseñándoles la verdad y belleza de la visión
que tú proclamaste en la Montaña. ¡Hazlos hombres y mujeres de tus Bienaventuranzas! Que la luz de tu sabiduría brille sobre ellos, de manera que con palabras y obras difundan en el mundo la luz y la sal del Evangelio. ¡Haz que toda su vida sea un reflejo luminoso de ti, que eres la verdadera luz, venida a este mundo para que todo el que crea en ti no perezca, sino que tenga vida eterna (Cf. Juan 3, 16). (Juan Pablo II. Oración final del Discurso inaugural JMJ 2002 Toronto 26-7-02)

“Queridos jóvenes, ante vuestro deseo joven de felicidad, el Papa anciano, con muchos años, pero aún joven de corazón, responde con palabras que no son suyas. Son palabras que resonaron hace dos mil años. Palabras que hemos escuchado nuevamente esta tarde: «Bienaventurados...». La palabra clave en la enseñanza de Jesús es un anuncio de alegría: «Bienaventurados...».
El hombre ha sido creado para la felicidad. Vuestra sed de felicidad, por tanto, es legítima. Cristo tiene la respuesta a vuestro deseo. Pero él os pide que confiéis en él. La verdadera alegría es una victoria, algo que no puede obtenerse sin una larga y difícil lucha. Cristo tiene el secreto de la victoria.
Vosotros ya sabéis qué es lo que había pasado antes. Lo narra el Libro del Génesis: Dios creó al hombre y a la mujer en un paraíso, el Edén, porque quería que fueran felices. Desafortunadamente, el pecado arruinó sus planes iniciales. Pero Dios no se resignó a este fracaso. Él envió a su Hijo al mundo para devolvernos una perspectiva aun más hermosa del cielo. Dios se hizo hombre --lo han subrayado los Padres de la Iglesia-- para que los hombres y las mujeres puedan convertirse en Dios. Éste es el viraje decisivo realizado en la historia humana por la Encarnación.
¿De qué lucha estamos hablando? Cristo mismo nos da la respuesta: san Pablo escribió: Jesús «siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo... se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz» (Filipenses 2,6-8). Se trata de una lucha hasta la muerte. Cristo no venció esta batalla por sí mismo sino por nosotros. A partir de su muerte, surgió la vida. La tumba en el Calvario se ha convertido en la cuna de la nueva humanidad en camino hacia la verdadera felicidad.
El «Sermón de la Montaña» traza el mapa de este viaje. Las ocho Bienaventuranzas son las señales de tránsito que nos indican el camino. Es un camino cuesta arriba, pero Jesús lo ha caminado antes que nosotros. Un día dijo: «el que me siga no caminará en la oscuridad» (Juan 8,12). Y en otra ocasión agregó: «Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado» (Juan 15,11). Caminando con Cristo podemos encontrar la alegría, ¡la verdadera alegría! Precisamente por esta razón, hoy Jesús os hace nuevamente un anuncio de alegría: «Bienaventurados...».” (Juan Pablo II. Discurso inaugural JMJ 2002 Toronto 26-7-02)
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“En realidad, el bienaventurado por excelencia es sólo él, Jesús. En efecto, él es el verdadero pobre de espíritu, el que llora, el manso, el que tiene hambre y sed de justicia, el misericordioso, el puro de corazón, el artífice de paz; él es el perseguido por causa de la justicia.” (Benedicto XVI. 1 de noviembre de 2006)
En este recinto, Gaudí quiso unir la inspiración que le llegaba de los tres grandes libros en los que se alimentaba como hombre, como creyente y como arquitecto: el libro de la naturaleza, el libro de la Sagrada Escritura y el libro de la Liturgia. Así unió la realidad del mundo y la historia de la salvación, tal como nos es narrada en la Biblia y actualizada en la Liturgia. Introdujo piedras, árboles y vida humana dentro del templo, para que toda la creación convergiera en la alabanza divina, pero al mismo tiempo sacó los retablos afuera, para poner ante los hombres el misterio de Dios revelado en el nacimiento, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. (BENEDICTO XVI. Homilía en Barcelona. 7-11-2010).
1. El domingo 30 de enero a las 5 de la tarde será la Escrutatio de la Palabra de Dios con los jóvenes de diversas parroquias.
2. Curso sobre la espiritualidad del catequista: el lunes 31 de enero a las 20.30 h. en la parroquia de San Francisco de Borja de Gandía.
3. Catequesis de jóvenes y adultos: martes y viernes a las 9.30 noche.
4. El miércoles 2 de febrero es la fiesta de la presentación del Señor, popularmente llamada de “la Candelaria”, por la bendición de candelas al principio de la misa. También se celebra ese día la Jornada de la Vida Consagrada. Os invitamos a rezar por los religiosos y miembros de Institutos Seculares. Con motivo de esta Jornada se celebrará en el Convento de las Franciscanas Clarisas de Gandía un encuentro de consagrados, rezando Vísperas a las 6 de la tarde y la Eucaristía a las 6.30 tarde.
5. El jueves 3 de febrero a partir de las 6 de la tarde en la Parroquia de San José de Gandía tendrá lugar el acto de entronización de los lienzos de la Divina Misericordia y de la Virgen de Guadalupe.
6. El mismo jueves 3 en la parroquia será la Adoración del Santísimo Sacramento a las 8.30 noche.
7. El viernes 4 de febrero desde las 10.00 de la mañana habrá visita ordinaria a los enfermos.
8. El sábado 5 de febrero tendrá lugar el primer encuentro de catequistas, de los tres programados, en el Seminario Menor de Xátiva.
9. El sábado 5 de febrero en la misa de 6 tarde será la entrega de las Bienaventuranzas a los niños de 2º curso.
10.  Del 6 al 11 de febrero será la Semana del Enfermo. Actos:
· Domingo 6 a las 17.30 h.: Película Despertares.
· Lunes 7 a las 20.30 h.: Charla “Jesús y los enfermos”, a cargo del P. Carlos Ramón Alvarez, religioso Camilo.
· Viernes 11 a las 19.30 h.: Solemne Eucaristía en la Fiesta de la Virgen de Lourdes, Día Mundial del enfermo.


11. El pasado miércoles se nos hizo llegar la Licencia de obras para poder comenzarlas. En breve se hará el desalojo del material de trastero del local, así como la demolición de los tabiques, el desescombro y el levantar tabiques conforme al proyecto. A su vez, la acogida de Cáritas se trasladará temporalmente a la Parroquia de Santa María Magdalena de Beniopa. Aunque con un poco de retraso, llevamos casi un año en el empeño de que comiencen pronto las obras, todo llega y, como decía Santa Teresa, todo se pasa. La paciencia todo lo alcanza. Recuerden ustedes las formas diversas de colaborar: la colecta de los primeros domingos de mes, los donativos y limosnas e incrementar la Aportación Mensual. Gracias por su colaboración y paciencia.

Donativos recibidos para los nuevos locales en la calle Ciudad de Laval:
Ingresados hasta el 21-1-2011:                               39.638,66 €.
                                                                     + 300 €
Ingresados hasta el 28-1-2011:                  39.938,66 €.
Colabore en la cuenta que la parroquia tiene en
Caixa Ontinyent, c. Madrid 38:
2045-6028-12-0000095170
Del 31 de enero al 6 de febrero de 2011
Lunes 31. San Juan Bosco. 19.30 h.: Sin intención.
Martes 1. 19.30 h.: Sin intención.
Miércoles 2. Fiesta de la Presentación del Señor. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam Ferrer-Puig.
Jueves 3. San Blas. San Oscar. 19.30 h.: En sufragio de: Rogelio Roselló.
Viernes 4. 19.30 h.: Sin intención.
Sábado 5. V del T.O. 18.00 h.: Con niños. Sin intención.
19.30 h.: Sin intención.
21.00 h.: Sin intención.
Domingo 6. V del T.O.
12.00 h. Pro Pópulo

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26 de enero de 2011

MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI PARA LA XLV JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES

MENSAJE DEL SANTO PADRE
BENEDICTO XVI
PARA LA XLV JORNADA MUNDIAL
DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES
Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital
Queridos hermanos y hermanas
Con ocasión de la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, deseo compartir algunas reflexiones, motivadas por un fenómeno característico de nuestro tiempo: la propagación de la comunicación a través de internet. Se extiende cada vez más la opinión de que, así como la revolución industrial produjo un cambio profundo en la sociedad, por las novedades introducidas en el ciclo productivo y en la vida de los trabajadores, la amplia transformación en el campo de las comunicaciones dirige las grandes mutaciones culturales y sociales de hoy. Las nuevas tecnologías no modifican sólo el modo de comunicar, sino la comunicación en sí misma, por lo que se puede afirmar que nos encontramos ante una vasta transformación cultural. Junto a ese modo de difundir información y conocimientos, nace un nuevo modo de aprender y de pensar, así como nuevas oportunidades para establecer relaciones y construir lazos de comunión.
Se presentan a nuestro alcance objetivos hasta ahora impensables, que asombran por las posibilidades de los nuevos medios, y que a la vez exigen con creciente urgencia una seria reflexión sobre el sentido de la comunicación en la era digital. Esto se ve más claramente aún cuando nos confrontamos con las extraordinarias potencialidades de internet y la complejidad de sus aplicaciones. Como todo fruto del ingenio humano, las nuevas tecnologías de comunicación deben ponerse al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad entera. Si se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano.
Transmitir información en el mundo digital significa cada vez más introducirla en una red social, en la que el conocimiento se comparte en el ámbito de intercambios personales. Se relativiza la distinción entre el productor y el consumidor de información, y la comunicación ya no se reduce a un intercambio de datos, sino que se desea compartir. Esta dinámica ha contribuido a una renovada valoración del acto de comunicar, considerado sobre todo como diálogo, intercambio, solidaridad y creación de relaciones positivas. Por otro lado, todo ello tropieza con algunos límites típicos de la comunicación digital: una interacción parcial, la tendencia a comunicar sólo algunas partes del propio mundo interior, el riesgo de construir una cierta imagen de sí mismos que suele llevar a la autocomplacencia.
De modo especial, los jóvenes están viviendo este cambio en la comunicación con todas las aspiraciones, las contradicciones y la creatividad propias de quienes se abren con entusiasmo y curiosidad a las nuevas experiencias de la vida. Cuanto más se participa en el espacio público digital, creado por las llamadas redes sociales, se establecen nuevas formas de relación interpersonal que inciden en la imagen que se tiene de uno mismo. Es inevitable que ello haga plantearse no sólo la pregunta sobre la calidad del propio actuar, sino también sobre la autenticidad del propio ser. La presencia en estos espacios virtuales puede ser expresión de una búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, si se evitan ciertos riesgos, como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer “amistades”, implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio “perfil” público.
Las nuevas tecnologías permiten a las personas encontrarse más allá de las fronteras del espacio y de las propias culturas, inaugurando así un mundo nuevo de amistades potenciales.Ésta es una gran oportunidad, pero supone también prestar una mayor atención y una toma de conciencia sobre los posibles riesgos. ¿Quién es mi “prójimo” en este nuevo mundo? ¿Existe el peligro de estar menos presentes con quien encontramos en nuestra vida cotidiana ordinaria? ¿Tenemos el peligro de caer en la dispersión, dado que nuestra atención está fragmentada y absorta en un mundo “diferente” al que vivimos? ¿Dedicamos tiempo a reflexionar críticamente sobre nuestras decisiones y a alimentar relaciones humanas que sean realmente profundas y duraderas? Es importante recordar siempre que el contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida.
También en la era digital, cada uno siente la necesidad de ser una persona auténtica y reflexiva. Además, las redes sociales muestran que uno está siempre implicado en aquello que comunica. Cuando se intercambian informaciones, las personas se comparten a sí mismas, su visión del mundo, sus esperanzas, sus ideales. Por eso, puede decirse que existe un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro. Comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él. Asimismo, tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia. En los nuevos contextos y con las nuevas formas de expresión, el cristiano está llamado de nuevo a responder a quien le pida razón de su esperanza (cf.1 P 3,15).
El compromiso de ser testigos del Evangelio en la era digital exige a todos el estar muy atentos con respecto a los aspectos de ese mensaje que puedan contrastar con algunas lógicas típicas de la red. Hemos de tomar conciencia sobre todo de que el valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la “popularidad” o la cantidad de atención que provoca. Debemos darla a conocer en su integridad, más que intentar hacerla aceptable, quizá desvirtuándola. Debe transformarse en alimento cotidiano y no en atracción de un momento.
La verdad del Evangelio no puede ser objeto de consumo ni de disfrute superficial, sino un don que pide una respuesta libre. Esa verdad, incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a encarnarse en el mundo real y en relación con los rostros concretos de los hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen siendo fundamentales las relaciones humanas directas en la transmisión de la fe.
Con todo, deseo invitar a los cristianos a unirse con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana. La red está contribuyendo al desarrollo de nuevas y más complejas formas de conciencia intelectual y espiritual, de comprensión común. También en este campo estamos llamados a anunciar nuestra fe en Cristo, que es Dios, el Salvador del hombre y de la historia, Aquél en quien todas las cosas alcanzan su plenitud (cf. Ef 1, 10). La proclamación del Evangelio supone una forma de comunicación respetuosa y discreta, que incita el corazón y mueve la conciencia; una forma que evoca el estilo de Jesús resucitado cuando se hizo compañero de camino de los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 13-35), a quienes mediante su cercanía condujo gradualmente a la comprensión del misterio, dialogando con ellos, tratando con delicadeza que manifestaran lo que tenían en el corazón.
La Verdad, que es Cristo, es en definitiva la respuesta plena y auténtica a ese deseo humano de relación, de comunión y de sentido, que se manifiesta también en la participación masiva en las diversas redes sociales. Los creyentes, dando testimonio de sus más profundas convicciones, ofrecen una valiosa aportación, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás.Por el contrario, los creyentes animan a todos a mantener vivas las cuestiones eternas sobre el hombre, que atestiguan su deseo de trascendencia y la nostalgia por formas de vida auténticas, dignas de ser vividas. Esta tensión espiritual típicamente humana es precisamente la que fundamenta nuestra sed de verdad y de comunión, que nos empuja a comunicarnos con integridad y honradez.
Invito sobre todo a los jóvenes a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital. Les reitero nuestra cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, cuya preparación debe mucho a las ventajas de las nuevas tecnologías. Para quienes trabajan en la comunicación, pido a Dios, por intercesión de su Patrón, san Francisco de Sales, la capacidad de ejercer su labor conscientemente y con escrupulosa profesionalidad, a la vez que imparto a todos la Bendición Apostólica.
Vaticano, 24 de enero 2011, fiesta de san Francisco de Sales.

BENEDICTUS PP. XVI

© Copyright 2011 - Libreria Editrice Vaticana

22 de enero de 2011

Anuncio de Catequesis para jóvenes y adultos.


Te anunciamos una buena noticia para tu vida:
“Éste es”
Como San Juan Bautista, somos testigos de que
“Éste es” el que nos ha amado, curado, perdonado y
sanado de tantas enfermedades interiores y
exteriores.
Te invitamos a, escuchar las catequesis para jóvenes
y adultos los martes y los viernes a las 21:30h.
Comenzamos el martes 18 de enero.
Parroquia San Francisco de Borja
Paseo Germanías 100 – Gandia

Domingo 23 de enero. III TO A

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
  
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com

Domingo 23 de enero de 2011.


   


Queridos hermanos:
Hemos escuchado en el Evangelio que Jesús, como “Luz verdadera que ilumina a todo hombre” (Jn 1,9), fue a habitar entre la gente que estaba sentada en las tinieblas del error, de la impiedad, de la ignorancia y en las sombras de la muerte, consecuencia de sus pecados. San Juan Crisóstomo, nos dice: “no solamente caminaban los hombres en tinieblas, sino que estaban “sentados” en ellas, que es señal de no tener ni esperanza de salir de ellas. Como si no supieran por dónde tenían que andar, envueltos por las tinieblas, se habían sentado en ellas, pues ya no tenían fuerza ni para mantenerse en pie”.
Y manifestó su Luz por medio de la Palabra de la predicación de la Buena Noticia. Palabra, Vida y Luz unidas (cf. Jn 1,4). Dice el evangelio de hoy que Jesús comenzó a predicar diciendo:  - «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.» El Papa Benedicto nos comenta que “el término "evangelio", en tiempos de Jesús, lo usaban los emperadores romanos para sus proclamas. Independientemente de su contenido, se definían "buenas nuevas", es decir, anuncios de salvación, porque el emperador era considerado el señor del mundo, y sus edictos, buenos presagios. Por eso, aplicar esta palabra a la predicación de Jesús asumió un sentido fuertemente crítico, como para decir: Dios, no el emperador, es el Señor del mundo, y el verdadero Evangelio es el de Jesucristo.” (Ángelus Domingo 27 de enero de 2008). Y nos dice el papa Juan Pablo II, que será beatificado el próximo1 de mayo: “Jesús en persona es la «Buena Nueva», (…) Al ser él la «Buena Nueva», existe en Cristo plena identidad entre mensaje y mensajero, entre el decir, el actuar y el ser.” (Exhortación Apostólica Redemptoris Missio nº 13).
Nuestra parroquia requiere de la colaboración de todos para la construcción del Reino de Dios, igual que fue necesaria la paciente y centenaria entrega “desde los promotores hasta los ejecutores de la obra; desde los arquitectos y albañiles de la misma, a todos aquellos que han ofrecido, de una u otra forma, su inestimable aportación para hacer posible la progresión de este edificio” en la construcción de la Sagrada Familia de Gaudí en Barcelona. (cf. Homilía Papa Benedicto en Barcelona. 7-11-2010)
Hoy el Señor nos vuelve a llamar: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres» (Mt 4, 19).
Esta llamada se dirige a todos: ancianos, jóvenes, niños, adultos, para que resuene la Buena Noticia en nuestro Barrio al que falta luz, vida y esperanza. Que podamos responder con valentía, igual que Isaías: «Heme aquí, Señor, estoy dispuesto, envíame» (cf. Is 6, 8).
Jesús, vuestro párroco
Lectura del santo evangelio según san Mateo    4, 12-23

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: «País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.»
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:  - «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: -«Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.» Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.
Palabra del Señor.
545           Jesús invita a los pecadores al banquete del Reino: "No he venido a llamar a justos sino a pecadores" (Mc 2, 17; cf. 1 Tim 1, 15). Les invita a la conversión, sin la cual no se puede entrar en el Reino, pero les muestra de palabra y con hechos la misericordia sin límites de su Padre hacia ellos (cf. Lc 15, 11-32) y la inmensa "alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta" (Lc 15, 7).

1989         La primera obra de la gracia del Espíritu Santo es la conversión, que obra la justificación según el anuncio de Jesús al comienzo del evangelio: "Convertíos porque el Reino de los Cielos está cerca" (Mt 4,17). Movido por la gracia, el hombre se vuelve a Dios y se aparta del pecado, acogiendo así el perdón y la justicia de lo alto. "La justificación entraña, por tanto, el perdón de los pecados, la santificación y la renovación del hombre interior (Cc. de Trento: DS 1528).

1720  El Nuevo Testamento utiliza varias expresiones para caracterizar la bienaventuranza a la que Dios llama al hombre: la venida del Reino de Dios (cf Mt 4,17); la visión de Dios: "Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios" (Mt 5,8; cf 1 Jn 3,2; 1 Co 13,12); la entrada en el gozo del Señor (cf Mt 25,21.23); la entrada en el Descanso de Dios (He 4,7-11):
  Allí descansaremos y veremos; veremos y nos amaremos;  amaremos y alabaremos. He aquí lo que acontecerá al fin sin fin. ¿Y qué otro fin tenemos, sino llegar al Reino que no tendrá fin? (S. Agustín, civ. 22,30)

1503  La compasión de Cristo hacia los enfermos y sus numerosas curaciones de dolientes de toda clase (cf Mt 4,24) son un signo maravilloso de que "Dios ha visitado a su pueblo" (Lc 7,16) y de que el Reino de Dios está muy cerca. Jesús no tiene solamente poder para curar, sino también de perdonar los pecados (cf Mc 2,5-12): vino a curar al hombre entero, alma y cuerpo; es el médico que los enfermos necesitan (Mc 2,17).
Te pedimos, Señor, concedas a nuestra parroquia la caridad apostólica que tuvo Cristo que vino «para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos» (Jn 11, 52). Concédenos amor a la Iglesia y celo por las almas. Pues sólo un amor profundo por la Iglesia puede sostener el celo del misionero, lo mismo que Cristo « Cristo amó a la Iglesia y se entregó a si mismo por ella » (Ef 5, 25). Que el amor de Cristo reine en nosotros y se transforme en atención, ternura, compasión, acogida, disponibilidad, interés por los problemas de la gente, amando a todos y ofreciendo a todos el mismo amor de Cristo. Otorga a nuestra parroquia espíritu misionero, que gaste su vida por los demás, no solo por los de cerca. Como dice el lema: “Todas las Iglesias para la conversión de todo el mundo”. (Oración inspirada en la Exhort. Apost. Redemptoris Missio de Juan Pablo II. nºs 84.89)
“Debido también a los cambios modernos y a la difusión de nuevas concepciones teológicas, algunos se preguntan: ¿Es válida aún la misión entre los no cristianos? ¿No ha sido sustituida quizás por el diálogo interreligioso? ¿No es un objetivo suficiente la promoción humana? El respeto de la conciencia y de la libertad ¿no excluye toda propuesta de conversión? ¿No puede uno salvarse en cualquier religión? ¿Para qué, entonces, la misión? (Juan Pablo II. Exhortación Apostólica Redemptoris Missio nº 4)
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“Hoy se habla mucho del Reino, pero no siempre en sintonía con el sentir de la Iglesia. En efecto, se dan concepciones de la salvación y de la misión que podemos llamar «antropocéntricas», en el sentido reductivo del término, al estar centradas en torno a las necesidades terrenas del hombre. En esta perspectiva el Reino tiende a convertirse en una realidad plenamente humana y secularizada, en la que sólo cuentan los programas y luchas por la liberación socioeconómica, política y también cultural, pero con unos horizontes cerrados a lo trascendente. Aun no negando que también a ese nivel haya valores por promover, sin embargo tal concepción se reduce a los confines de un reino del hombre, amputado en sus dimensiones auténticas y profundas, y se traduce fácilmente en una de las ideologías que miran a un progreso meramente terreno. El Reino de Dios, en cambio, « no es de este mundo, no es de aquí » (Jn 18, 36). Se dan además determinadas concepciones que, intencionadamente, ponen el acento sobre el Reino y se presentan como « reinocéntricas », las cuales dan relieve a la imagen de una Iglesia que no piensa en si misma, sino que se dedica a testimoniar y servir al Reino. Es una «Iglesia para los demás», —se dice— como «Cristo es el hombre para los demás». Se describe el cometido de la Iglesia, como si debiera proceder en una doble dirección; por un lado, promoviendo los llamados «valores del Reino», cuales son la paz, la justicia, la libertad, la fraternidad; por otro, favoreciendo el diálogo entre los pueblos, las culturas, las religiones, para que, enriqueciéndose mutuamente, ayuden al mundo a renovarse y a caminar cada vez más hacia el Reino.
Junto a unos aspectos positivos, estas concepciones manifiestan a menudo otros negativos. Ante todo, dejan en silencio a Cristo: el Reino, del que hablan, se basa en un « teocentrismo », porque Cristo —dicen— no puede ser comprendido por quien no profesa la fe cristiana, mientras que pueblos, culturas y religiones diversas pueden coincidir en la única realidad divina, cualquiera que sea su nombre. Por el mismo motivo, conceden privilegio al misterio de la creación, que se refleja en la diversidad de culturas y creencias, pero no dicen nada sobre el misterio de la redención. Además el Reino, tal como lo entienden, termina por marginar o menospreciar a la Iglesia, como reacción a un supuesto «eclesiocentrismo» del pasado y porque consideran a la Iglesia misma sólo un signo, por lo demás no exento de ambigüedad. Ahora bien, no es éste el Reino de Dios que conocemos por la Revelación, el cual no puede ser separado ni de Cristo ni de la Iglesia. (Juan Pablo II. Exhortación Apostólica Redemptoris Missio nº 17-18)
Este día es un punto significativo en una larga historia de ilusión, de trabajo y de generosidad, que dura más de un siglo. En estos momentos, quisiera recordar a todos y a cada uno de los que han hecho posible el gozo que a todos nos embarga hoy, desde los promotores hasta los ejecutores de la obra; desde los arquitectos y albañiles de la misma, a todos aquellos que han ofrecido, de una u otra forma, su inestimable aportación para hacer posible la progresión de este edificio. Y recordamos, sobre todo, al que fue alma y artífice de este proyecto: a Antoni Gaudí, arquitecto genial y cristiano consecuente, con la antorcha de su fe ardiendo hasta el término de su vida, vivida en dignidad y austeridad absoluta.(BENEDICTO XVI. Homilía en Barcelona. 7-11-2010).
Estamos en realidad ante una objetiva «conjura contra la vida», que ve implicadas incluso a Instituciones internacionales, dedicadas a alentar y programar auténticas campañas de difusión de la anticoncepción, la esterilización y el aborto. Finalmente, no se puede negar que los medios de comunicación social son con frecuencia cómplices de esta conjura, creando en la opinión pública una cultura que presenta el recurso a la anticoncepción, la esterilización, el aborto y la misma eutanasia como un signo de progreso y conquista de libertad, mientras muestran como enemigas de la libertad y del progreso las posiciones incondicionales a favor de la vida. (Juan Pablo II. Evangelium Vitae nº 17)
Reuniones parroquiales:
1. El lunes 24 a las 10 de la mañana el Equipo de Pastoral de la Salud.
2. Catequesis de jóvenes y adultos: martes y viernes a las 9.30 noche.
3. El jueves 27 de enero a las 20.30 h. reunión del Equipo de Liturgia.
4. El jueves 27 de enero a las 21.00 h. reunión de la Comisión de las Obras de los locales.
5. El viernes 28 y el sábado 29 los jóvenes de confirmación tendrán una convivencia en el Preventorio.
6. El sábado 29 los niños de tercer curso de la catequesis de infancia recibirán la entrega de los diez mandamientos en la misa de 6 de la tarde.

Reuniones arciprestales o de vicaría:
1. El lunes 24 a las 20.30 h. en San José de Tavernes se reúne la comisión arciprestal de catequesis.
2. El jueves 27 de enero es San Enrique de Ossó, patrono de los catequistas. Con este motivo se celebrará una eucaristía con todos los catequistas del arciprestazgo a las 7.30 tarde en la Parroquia de San Francisco de Borja de Gandía.
3. El sábado 29 de enero habrá un encuentro de Cáritas de Vicaría en la Parroquia de Alquería de la Comtessa desde las 9.30 de la mañana a las 5 de la tarde. Saldremos a las 9 de la mañana desde la Parroquia.
4. El domingo 30 de enero a las 5 de la tarde será la Escrutatio de la Palabra de Dios con los jóvenes de diversas parroquias.
Donativos recibidos para los nuevos locales en la calle Ciudad de Laval:
Ingresados hasta el 14-1-2011                                                 39.168,66 €.
                                                                                                               + 470 €
Ingresados hasta el 21-1-2011                          39.638,66 €.
Colabore en la cuenta que la parroquia tiene en
Caixa Ontinyent, c. Madrid 38:
2045-6028-12-0000095170
Del 24 al 30 de enero de 2011
Lunes 24. San Francisco de Sales 19.30 h.: En sufragio de: José Antonio Cabanilles; Enrique Santosjuanes Canet.
Martes 25. Fiesta de la Conversión de San Pablo. 19.30 h.: Sin intención.
Miércoles 26. Santos Timoteo y Tito. 19.30 h.: En sufragio de: José Gutierrez Borja.
Jueves 27. Santa Ángela de Merici. 19.30 h.: En sufragio de: Matías Díez Martín.
Viernes 28. Santo Tomás de Aquino. 19.30 h.: Sin intención.
Sábado 29. Cuarto del T.O. 18.00 h.: Con niños. Sin intención.
19.30 h.: En sufragio de: Rosendo Roche; Luis Barrull.
21.00 h.: Sin intención.
Domingo 30. Cuarto del T.O. 12.00 h. Pro Pópulo
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